Todas las semanas tenemos algún caso". El director de la Oficina Periférica de Comunicación (OPC) de la Comandancia de la Guardia Civil de Cáceres, Francisco Morcillo, da cuenta así de la cada vez mayor frecuencia con la que este Cuerpo de Seguridad del Estado descubre alguna plantación de marihuana. Tanto es así que la cifra de incautaciones de este año ya (a falta de que termine) multiplica por cinco el total del anterior en la provincia cacereña. En Badajoz el aumento no es tan notable, pero en todo caso el montante total de aprehensiones en Extremadura (1.097.045 gramos) supone un incremento de casi el 50% con respecto al año anterior.

De este modo, si en todo el 2007 la Guardia Civil se hizo con algo más de 739 kilos de marihuana, este año ya está cerca de los 1.100. En Cáceres, el incremento es espectacular porque se pasa de los cerca de 98 kilos del 2007 a los 501 incautados en lo que va del 2008 (si bien la temporada de más aprehensiones, es decir, cuando más plantas se descubren --por tener mayor tamaño-- está a punto de acabarse, porque ya se están cortando).

Más incluso ha aumentado la cifra de plantaciones descubiertas en la región, que han sido 64 frente a las 40 del año pasado, es decir, un 60% más. De ellas, la mayoría (36) se ubicaban en la provincia de Badajoz. Como consecuencia de estos hallazgos, han sido detenidas 64 personas (37 en Badajoz y 27 en Cáceres), que se exponen a penas de prisión de tres a nueve años y una multa del triple del valor de la droga objeto de delito, según fija el Código Penal.

AMBIG EDAD LEGISLATIVA Eso sí, para ello deberá demostrarse que cultivaban marihuana para traficar con ella y no para consumo propio, que no está penado con cárcel. "La ley es bastante ambigua, porque no especifica hasta cuántas plantas o qué cantidad de marihuana se considera consumo propio, así que nosotros podemos detener a alguien con solo encontrar una", apunta Morcillo.

Sin embargo, en la mayoría de los casos las plantaciones que se descubren son de varios ejemplares. Y cada vez de mayor tamaño. "Quizá, la gente se va confiando, les va bien un año que plantaron solo para ellos y al siguiente deciden plantar un poco más y así vender una parte", aventura el director de la OPC cacereña. A su juicio, esa puede ser una posible explicación del pronunciado aumento en la cantidad de droga incautada en la provincia de Cáceres: "de las 28 plantaciones descubiertas, en torno a una decena de ellas eran grandes, es decir, de más de 20 plantas. Antes encontrar alguna de este tamaño no era nada habitual", detalla.

ESCONDITES Dichos cultivos suelen estar, según explica Morcillo, camuflados en las orillas de riachuelos o arroyos. "Suelen esconderlas entre la maleza de la ribera y de este modo, además, tienen cerca el agua que necesitan", comenta. También es bastante habitual encontrarlas en maizales --"que tienen un tamaño similar a las plantas de marihuana y cuentan con buenos sistemas de regadío, lo que los convierte en escondites ideales. Incluso encontramos una plantación con un sistema de goteo instalado, por lo que prácticamente solo era necesario ir a recoger el producto", comenta.

En la mayoría de los casos, por tanto, son los agentes que trabajan en las zonas rurales quienes realizan estas intervenciones. Además, la Guardia Civil cuenta con los Equipos de Delincuencia Organizada y Antidroga (EDOA), que también participan en esta labor, si bien normalmente se dedican a la investigación del tráfico de estupefacientes a mayor escala.

Para descubrir este tipo de delitos es fundamental también la colaboración ciudadana que, por ejemplo, es la única que conduce a las aprehensiones en domicilios. "Hemos llegado a encontrarnos con casos en los que un chico joven cultivaba marihuana en casa y los padres ni siquiera sabían que era ilegal", apunta Morcillo, a quien este ejemplo le sirve para proporcionar un dato más: "cada vez se detiene a personas más jóvenes". Una tendencia que se repite también las denuncias por consumo (1.030 en lo que va de año frente a las 894 del pasado); que conllevan una sanción económica de unos 300 euros.