Una vez desmantelada la organización de cacerías ilegales en una finca de Monterrubio --donde se abatían entre otras especies lobos, tigres y leones-- la investigación de la Guardia Civil se centra ahora en desmontar paso a paso toda la red que se había creado.

En este sentido, la delegada del Gobierno en Extremadura, Carmen Pereira, confirmó ayer que en estos momentos, y tras la detención de siete personas, los trabajos del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona) se centran en dos ejes fundamentales. En primer lugar, determinar con exactitud el origen de los animales que luego eran abatidos.

Los agentes que han participado en la investigación sospechan que los tigres y leones, viejos o en mal estado, eran adquiridos a zoológicos o circos, aunque ahora se trata de aclarar qué núcleos zoológicos han participado activamente en el negocio. Por lo que se refiere a los lobos, los primeros indicios apuntan a que llevaban varios años siendo importados por el organizador de las cacerías con cartillas de perros cimarrones, con lo que podría haber más implicados.

LOS PARTICIPANTES El segundo objetivo de la denominada Operación Safari , que hay que recordar que continúa abierta, es el de localizar e identificar a las personas que han participado en estas cacerías, es decir, quiénes fueron los que contrataron los servicios del gestor cinegético detenido en Monterrubio para abatir especies cuya caza está prohibida.

De forma paralela los técnicos de la Consejería de Agricultura y Medio Ambiente trabajan en el análisis de los restos de animales hallados en la granja cinegética Los Lunares. Esta segunda fase de la investigación está encaminada a poder aclarar qué especies protegidas o salvajes han sido abatidas en una finca en la que, por otra parte, esta permitida la cría cinegética de animales pero no la actividad de la caza.

Ya se sabe que se abatían tigres --hay evidencias de al menos dos-- y leones --había uno que se rescató vivo--, y los agentes de la Guardia Civil están convencidos de que se cazaron lobos (los análisis confirmarán el origen de los huesos decapitados hallados en la zona). A esto se suma la sospecha de que también se abatían linces.

Por otra parte, varias Asociaciones Protectoras de Animales de Extremadura han pedido a la Administración que investigue a fondo todas las circunstancias que rodean el caso. En ese sentido, la responsable de la Asociación Protectora de Animales de Mérida (Apame), Paqui Gallardo, en declaraciones a Efe, se preguntó cómo se pudieron transportar a esta finca "tigres, leones o lobos" sin que se detectara y apuntó que "alguien debió cerrar los ojos ante la evidencia".

Igualmente, un portavoz de la Asociación Cacereña para la Protección y Defensa de los Animales destacó que debe investigarse qué controles han fallado, porque "está claro que no puedes ir por España con un tigre o un león dentro de tu coche". Con todo, reclamó para los responsables "sanciones ejemplares e incluso penas de cárcel".