TCton más frecuencia de los que pensamos podemos observar a una madre intentando con todos sus esfuerzos darle una papilla de un potaje de lentejas a su hijo y obtener como respuesta su rápida expulsión que se estrella en el babero. Al final la madre opta por darle un yogurt y esperar a que tenga más hambre.

A pesar de que tanto en nuestro periodo infantil como ya adultos las lentejas no las tenemos como el alimento más apetecible, todos los dietista señalan que su consumo es muy beneficioso, a la vez que forman parte esencial de la base de la alimentación del hombre.

En el caso de las lentejas tienen un alto valor alimenticio, lo que las hace un alimento ideal para la niñez y juventud. Hecho que era conocido desde sus primeros cultivadores, las sociedades megalíticas, y después elogiadas por diferentes nutrólogos y dietistas hasta nuestros días en que se intentan que formen parte esencial de la alimentación infantil, aunque esta pretensión se da de bruces con la llamada dieta "fat food".

XLAS LENTEJASx han sido parte esencial de nuestra tradición gastronómica, y aún más en el periodo anual que entramos, la Cuaresma, que constituyen parte esencial del llamado "menú de cuaresma", del que hablaremos en su momento.

Posiblemente las lentejas sean una de las legumbres que tienen una historia más antigua, puesto que ya fueron mencionadas en el Génesis. Las lentejas eran habituales en las cocinas antiguas y participaron activamente en el relato bíblico, pues el guiso o potaje de lentejas, también llamado "guiso rojo", fue con el que Esaú vendió su derecho de primogenitura: "...Entonces Jacob dio a Esaú pan y del guisado de las lentejas; y él comió y bebió...".

También se elaboraba en aquello tiempos una papilla de lentejas tostadas mezclada con agua y miel. El Guiso rojo bíblico era un potaje de lentejas con borrego. Posiblemente sea el guiso más conocido de la Biblia. Su posible elaboración sería en una olla se coloca agua y a ella se añade trozos de borrego, lentejas, cebolla entera, ajo y puerros; todas las verduras enteras. Déjalo hervir hasta que la carne y las legumbres estén tiernas. El color rojo se debía a la tonalidad roja de las lentejas en tiempos bíblicos.

Gracias a nuestra gastronomía tradicional y a la más actual, no solo se suele elaborar potaje con las lentejas, sino que podemos consumirlas "a la hortelana", en ensalada con tomate, con pollo y vinagreta, con carne, con lechazo y setas, con chorizo, además de diversos purés para acompañar a carnes o como plato de cena. En sí las lentejas son un excelente alimento de todo tiempo y de toda edad.