Extremadura destinará en torno a 22.000 hectáreas de cara a la campaña de tomate de este año, unas 3.000 menos que el ejercicio pasado, debido principalmente a las condiciones climatológicas de la pasada primavera. El presidente de la Agrupación de Cooperativas Agrarias de Extremadura (Acopaex), Domingo Fernández, dijo ayer que la campaña se iniciará además con retraso, durante la primera mitad de agosto.

Las condiciones climatológicas adversas de la segunda mitad de primavera, principalmente las tormentas de abril y mayo, han hecho que se vaya a contar con 1.500 hectáreas menos de las inicialmente plantadas para este año. De todas formas, Fernández ha dicho que esta reducción tampoco es «alarmante», pues todo dependerá ahora del comportamiento de la campaña y en este sentido las temperaturas más benignas del verano están siendo positivas.

Las condiciones climatológicas han afectado también al cultivo de la fruta, que ha sufrido de igual forma los episodios de tormentas, lo que hace prever menores producciones de cara a este ejercicio, en torno al 20-30 por ciento menos que en 2017.