Desde cerámicas neolíticas con más de 7.000 años de antigüedad hasta munición de las tropas napoleónicas pertenecientes al siglo XIX, son algunos de los hallazgos arqueológicos que alojaba la Cueva de la Canaleja, ubicada en un paraje recóndito de la sierra de Cáceres. En la gruta, se ha encontrado material del Neolítico, Edad del Cobre, Edad del Bronce, Bajo Imperio Romano, Emiral y siglos XVIII y XIX.

Pero la singularidad de esta cueva, que se encuentra en el término municipal de Romangordo, entre la sierra de Las Villuercas y Monfragüe, va más allá, ya que, por su situación, en medio de un paraje natural, no se tenía conocimiento hasta el momento.

Fue un estudiante de la localidad, Ismael López, quien haciendo un recorrido por la zona encontró la gruta. Poco después se lo comunicó a un profesor de su instituto, el arqueólogo Antonio González, quien tras una inspección se dio cuenta de las posibilidades que ofrecía la gruta.

"La arqueología juega con la casualidad", aseguró Cordero a Europa Press, quien subrayó que si no hubiese sido porque un alumno suyo descubre la cueva, le comunicó el hallazgo (a lo que él prestó atención) y se dirigió al paraje para hacer una primera inspección, estos vestigios de otras épocas encontrados en La Canaleja, igual se hubiesen encontrado "mucho después o quizá nunca".

Tras el examen de la cueva de Cordero en febrero, pidió los permisos pertinentes a la Junta para llevar a cabo la investigación, que comenzó el pasado julio y a la que se sumó el doctor en Arqueología de la Universidad de Extremadura Enrique Cerrillo.

Ambos han codirigido la investigación que según Cerrillo ha sido lenta y cuidadosa y en el que no pudieron participar más de diez personas por las condiciones de la gruta, muy estrecha y con seis metros de longitud, en los que se realizaron excavaciones por debajo del metro y medio de profundidad.