El restaurante El Dropo comenzó a funcionar en la plaza Grande Zafra en el 2011. "En el mejor momento posible", ironiza su promotor y gerente, Federico López Pellisa. "Llevo en hostelería desde el 96. Anteriormente tenía una franquicia de venta de pizzas, pero las franquicias son poco creativas y rutinarias, y tenía la ilusión de montar una restaurante de cocina internacional, que es algo mucho más vivo", explica. Previamente había realizado, además, un EMBA en la escuela de negocios ITAE. En este sentido, resalta que "para poner cualquier tipo de negocio es importante hacer un pequeño estudio de mercado. Saber cuánta competencia hay y qué es lo que hace. También, por supuesto, hacer un plan de viabilidad, ehar unos números para saber los gastos que vas a tener y los retornos".

La oferta gastronómica de El Dropo gira en torno a varios "ejes": cocinas italiana, mejicana y asiática, además de la mediterránea en general y la extremeña en particular. "Creo que no hay ningun restaurante en Extremadura con esta apuesta fuerte por cocinas del mundo", apunta. "Hemos sido muy innovadores", indica. No obstante, agrega, eso también tiene una contrapartida negativa: "Si eres demasiado innovador, eso te limita mucho el mercado y te cuesta más introducirte en él".

El restaurante se ubica en un edificio del caso histórico de Zafra que "estaba en ruinas", por lo que ha tenido que rehabilitarse por completo, lo que ha elevado la inversión inicial del negocio. "Se echan de menos las ayudas. Tenemos solicitada una subvención que no acaba de llegar", señala. Además, critica el "exceso de burocracia". "Nosotros tardamos casi un año en conseguir toda la documentación. Y eso que yo, por mi experiencia, sé dónde tengo que ir. Otros se pueden tirar dos años dando vueltas".