Veinte años de música dan para el éxito, las reconsideraciones, los cambios y los reencuentros. Javier y Nacho Campillo han pasado por esas dos décadas como por una montaña rusa. Ahora parecen tomar de nuevo rumbo a una curva ascendente. Aviso, allá vamos, parece anunciar (en una versión traducida libremente del inglés) el nombre del grupo que formaron, junto a Rafael Fernández Callejo, a finales de los ochenta: Tam Tam Go.

Y el tiempo pasado bien merece una celebración. Como la que habrá mañana en el teatro romano de Mérida en un concierto especial que reunirá, junto al grupo extremeño, a amigos que han estado cerca de ellos en los últimos años (se anuncia a Antonio Vega, Jorge Drexler, Gecko Turner, Josemi Carmona).

El encuentro será grabado hoy y mañana en un DVD y en un CD con 17 canciones, a las que se sumarán otras cinco de estudio. Una sesión de pop, al que el dúo muestra una fidelidad incomovible y casi emotiva. Pop, lo dice Nacho Campillo, "es esa música popular, a veces sofisticada, que se queda en la memoria de la gente al cabo del tiempo". Reconocimiento, sencillez, frescura. Algo así como el título del disco del penúltimo (pongamos penúltimo, por si vienen más después) reencuentro de los hermanos Campillo: Euphoria .

HISTORIA Desde sus orígenes, se han separado dos veces. No por nada, viene a decir Nacho Campillo. "Cada grupo tiene una historia diferente, una forma de ser. Y en este caso somos dos hermanos muy unidos. Pero cada uno ha conservado su perspectiva, su carrera. Y eso nos ha conducido a la separación, sin perder lo que tenemos en común".

El pop de Tam Tam Go vivió un pequeño boom hasta principios de los 90. Temas como Manuel, Raquel o Espaldas mojadas , con su estribillo, milimétricamente ajustado a la ideología pop ("Voy cruzando el río...",) le condujeron a un estado de éxito y saturación, que llevó al primer silencio, después de los discos Spanish shuffle , Spanish romance y Espaldas mojadas . En ellos resumían musical y vitalmente su formación. "Mis recuerdos son muy extremeños", cuenta Campillo. "Pero a los 9 o 10 años se separaron mis padres y se fueron a vivir a Londres". La vida a caballo entre dos países no se plasma hasta que comienza sus estudios de COU. Entonces se marchó a la capital del Reino Unido, en pleno auge del punk, de grupos como Sex Pistols. "Así que mi adolescencia está marcada por ese hecho. Y nuestra música se vio reflejada en esa dualidad de lo anglosajón y de las músicas flamencas que escuchábamos durante nuestros paseos por el Guadiana, en el embarcadero...".

Ello explica las letras en inglés de sus primeras canciones, que luego sustituyeron por el castellano. En una entrevista, Rafa Fernández Callejo recordaba la velocidad con la que ocurrieron los acontecimientos y que condujeron a la disolución del grupo en 1994, tras Vida y color . "Fueron 7 u 8 años muy enérgicos, de continuo aprendizaje", declaraba. Campillo lo explica ahora así. "Cuando eres joven tienes muchos afanes, muchas ideas en la cabeza y ves que estas puedes plasmarlas en un grupo. A mí me gustaba estar arropado por los demás. Pero también uno quiere ser egoísta, uno mismo". Así que para "mantener el equilibro" optó por la vía solitaria. "Lo otro hubiera sido una locura".

El silencio de Tam Tam Go fue público. No el de sus componentes por separado (salvo Fernández Callejo, que estudió Farmacia). Trabajaron en solitario, colaboraron con otros artistas hasta reaparecer en 1999 con Nubes y claros , que incluía el single Atrapados en la red , otro de sus éxitos.

Pero fue un paréntesis, en realidad, porque Nacho Campillo intentaba "culminar un sueño". Poseer un estudio de grabación, que le permitiría sacar sus propios discos (Como pica el sol ) y a la vez apoyar la carrera de otros músicos. El Sonado materializó en el 2005 ese proyecto. Aún así la trayectoria de Tam Tam Go no estaba cerrada. En una entrevista con este diario en ese momento, Campillo lo dejaba claro: "La palabra definitiva no me gusta. Pero es cierto que me cuesta trabajo volver. Mi hermano y yo tenemos criterios musicales y evoluciones diferentes. Ahora bien, esto no quita que hagamos algunas cosas nuevas".

"Nos echábamos de menos", cuenta Nacho Campillo, quien recurre a la imagen de un matrimonio bien avenido, que pasa por diferentes etapas. "Le pasa a otros grupos de nuestra generación como Nacha Pop o Los Secretos. No es criticable que volvamos a unirnos, porque no lo hacemos por nostalgia. Hemos aprovechado bien los años que hemos vivido. Que nos quiten lo bailao ". Así que en el 2007 apareció Euphoria , el disco del reencuentro.

Un año después los hermanos Campillo se homenajean en Mérida. "Es cierto que no hemos tocado mucho en Extremadura. Así que nos apetece especialmente este concierto en el teatro romano". No será, aclara, una actuación nostálgica. "Nuestra música es música del siglo veinte y del siglo veintiuno. No digo del veintidós porque ya no estaremos aquí".

Aunque inevitablemente parte del concierto mire hacia el pasado, "hemos dado la vuelta a los temas y están actualizados. Se verá que nuestro repertorio está más vigente que nunca". ¿Y hasta cuándo durará esta nueva unión? "Nunca pienso en el futuro, vivo en el presente. Quizá emprendamos una larga gira con las canciones conocidas y otras nuevas. Ya veremos".