TMtis problemas con las drogas empezaron a los 18 años. Aunque yo me relacionaba con personas consumidoras desde los 15, fue entonces cuando comenzaron mis verdaderos problemas, sociales, familiares, laborables, personales y finalmente judiciales.

Mis primeros consumos fueron muy elevados y para costearlos y mantenerlos con mi trabajo no me llegaba. Fue entonces cuando empecé a delinquir y no paré durante mucho tiempo, hasta que finalmente caí preso por 5 delitos de robo y atraco con intimidación. Terminé siendo condenado a 12 años de prisión y una vez dentro me di cuenta de todo el daño que había hecho por mantener mi adicción. Fue entonces cuando me dije a mí mismo: "¡Esta vida no es para mí ni para quienes me rodean!". Tomé la decisión de pedir ayuda y me puse manos a la obra. Contacté con el cura del centro penitenciario de Badajoz. El me dijo que dentro del centro había un módulo terapéutico y que si estaba seguro de que quería curarme él me ayudaría para ingresar en éste. A los cuatro meses de hablar con él vino el responsable del módulo terapéutico y me dijo que me pasarían a módulo el jueves de la siguiente semana, y así fue, al jueves siguiente me mudaron de módulo y fue aquí donde empecé con mi rehabilitación.

Los primeros días mi prioridad era la de salir de prisión, pero conforme fui conociendo el programa todo cambió y me centré en resolver mi problema de adicción que tenía con las drogas, porque si no me centraba en resolverlo volvería a caer en las drogas y volvería a delinquir, a hacer daño, a mentir, a caer preso y a perder todo, como anteriormente lo había perdido, y eso no es lo que yo quería para mi vida ni para la vida de mis hijos, ni familiares, ni para las personas que me rodeaban.

Empecé a tomarme el programa en serio, trabajando día a día, poniendo todo de mi parte y confiando en mí mismo, y conforme iba trabajando en el programa fui cambiando actitudes, comportamiento, la forma de pensar, la forma de actuar, la manera de comprender, la manera de expresarme, la capacidad de resolver problemas, las ganas de vivir la vida y la ilusión por luchar por lo que quiero y, sobre todo, respetando a los demás y a mí mismo, y afrontando la vida sin tener que recurrir a ninguna sustancia.

Esta es la decisión más grande y maravillosa que he tomado nunca, que es luchar por mi vida.

Sigo contando: ingresé en prisión el 17 de enero del 2006 y he estado en ella 31 meses, de los que 26 he estado haciendo un programa libre de drogas que impartía El Proyecto Vida . En este programa mi vida fue cambiando día a día. También en enero del 2008 empecé un programa de respeto que se llamaba Módulo respeto terapéutico en el cual todos los funcionarios decidieron que yo fuera el mediador de conflictos y coordinador de calidad de vida, y todo esto era por el cambio que habían visto en todo mi proceso terapéutico y el cambio de comportamiento, de la conducta que yo mantenía, y de la forma de resolver los problemas.

También me he tirado durante 2 años de responsable del reparto de comidas del módulo y, sobre todo, me gané la confianza del equipo técnico del centro penitenciario, y todo esto por todo el cambio que habían visto en mí. En agosto del 2008 el señor juez de Vigilancia del centro penitenciario de Badajoz me dió la oportunidad de mi vida, que era salir de prisión para seguir haciendo el programa extrapenitenciario.

Y ahora, lo que os quiero decir a todos los que seáis consumidores de cualquier sustancia es que no cometáis el mismo error que cometí yo, que he estado sin reconocer mi adicción durante 10 años. Si no se reconoce no se puede ayudar, ni curar, ni cambiar. Sin embargo, si se reconoce y pones de tu parte sí que se puede curar y cambiar, porque de esto se sale con mucha fuerza de voluntad y con mucho trabajo personal. Yo lo digo por experiencia que soy el hombre más feliz del mundo, pero soy feliz con lo que tengo, que es mi familia, mis amigos, mis hijos y sobre todo por como me encuentro yo hoy día y por los objetivos que tengo marcados para mi vida.

Yo os digo a todos vosotros, que podéis ser felices si ponéis de vuestra parte y lucháis por ello; lo conseguiréis. Yo ahora sí sé disfrutar de la vida, antes no no tenía idea de lo que era.

Hoy me encuentro estupendamente bien y tengo ilusión por vivir la vida y por seguir luchando día a día y voy a dedicar mi vida a ayudar a personas que tienen el mismo problema que yo tuve y os aseguro que pondré todo de mi parte para ayudar a todas esas personas con problemas.

Quiero aprovechar para agradecer a todas estas personas, que tanto me han ayudado, todo lo que han hecho por mí y por todas las personas que están en el centro penitenciario de Badajoz: A todos los profesionales del Proyecto Vida ; a todos los voluntarios de prisiones; a todos los profesionales de Cruz Roja; a todos los trabajadores del centro penitenciario de Badajoz. Y especialmente darle las gracias a don Manuel Malagón, el cura del centro. Y también le quiero decir a todas estas personas que, con su ayuda, es todo posible dentro de prisión, porque dáis ilusión, ganas de vivir, ganas de luchar y sobre todo mucho cariño y confianza...