Tras un intenso debate social, e incluso la celebración de un congreso para analizar sus posibles efectos, en abril del 2001 el Grupo Gallardo presentaba a Medio Ambiente el Estudio de Impacto Ambiental de la cantera, la fábrica de cemento y el camino de interconexión entre ambas. En agosto de ese año la Consejería de Medio Ambiente aprobaba el proyecto y añadía algunas medidas correctoras.

En abril del 2004 la empresa solicitó un nuevo permiso medioambiental, en esta ocasión para una cantera de pizarras en la misma zona. En septiembre de este año la Junta dio el visto bueno de la misma, que tendrá un periodo de explotación de 20 años y contará con 7.500 euros para medidas correctoras. Se extraerá unas 300.000 toneladas anuales.

El último trámite en esta larga carrera administrativa ha sido la solicitud de una autorización ambiental integrada de la fábrica de cemento.

El objetivo de la empresa es que la cementera comience a operar a principios del año que viene.