Por delante de nuestra casa pasó un camión donde llevaban a mi padre y a otros hombres más. Se dirigía a la plaza del ayuntamiento y mi madre y yo fuimos corriendo para verlo, pero los falangistas no nos dejaron y a las pocas horas lo mataron". Este es el recuerdo de Fernando Generelo, de 75 años de edad, un testigo directo de cómo el 17 de septiembre de 1936, durante la guerra civil española, las tropas nacionales cogieron a su padre, Román Generelo, y lo fusilaron por sus manifestaciones de republicano.

Fernando forma parte de una de las 17 familias de Ceclavín que sufrieron la pérdida de un familiar a manos del ejército franquista ese mismo día. Ayer, en el cementerio de Piedras Albas, gran parte de ellas fueron testigos de la reapertura de la fosa común de los fusilados para su exhumación.

Los trabajos, realizados a manos del personal del Servicio de Obras del Ayuntamiento de Ceclavín, no dieron todo el fruto deseado. Si en un principio se esperaba encontrar cráneos y numerosos restos cadavéricos, no fue así. Después de excavar durante cuatro horas en un espacio de 12 metros cuadrados a una profundidad de 1,40 metros, el hallazgo fue insuficiente.

Facultativos del Centro de Salud de Alcántara certificaron la localización de diversos restos. Dientes y muelas despegadas de sus respectivas dentaduras, huesos que correspondían a brazos de una persona, así como trozos de cráneo y restos óseos de dedos. Un descubrimiento nada esperanzador para los familiares que hicieron un gran esfuerzo por recorrer varios kilómetros y acudir al lugar para recuperar la memoria de sus antepasados.

El alcalde de Ceclavín, Pedro Martín, que fue el gran promotor de este acto, mostró su tristeza por haber fracasado la excavación. "No he querido reavivar la guerra civil, sino recuperar a diecisiete de mis vecinos y llevármelos a Ceclavín para darles un descanso digno", dijo.

Luchará para que los escasos restos encontrados se comparen con el ADN de los familiares vivos y comentó que si se identifica a algún fusilado, recibirá un homenaje en su pueblos natal.