Luis Cortés es un histórico del campo extremeño que a pocos deja indiferentes. "Todos los que le conocemos sabemos que es un Quijote que ha luchado mucho por el sector y lo que sí está claro es que no se ha echado un duro al bolsillo", explicaba ayer una persona que ha trabajado con él y que sentía su detención. Otras fuentes del sector aseguran que lo de ayer se veía venir desde hacía tiempo, ya que la justicia le pisaba los talones por el caso de los higos .

Amigo de declaraciones y representaciones impactantes, el pasado 5 de enero se presentó ante la Consejería de Agricultura vestido de rey mago y portando carbón para el consejero. No es la primera que Cortés tiene problemas con la justicia, ya que hace no muchos años mantuvo un forcejeo con varios guardias civiles en una manifestación, que terminó con una condena para el líder de Coag.

Pese a que en algunas de sus denuncias no le falta razón, su implicación en este caso supone un revés letal para su credibilidad y la de su organización en Extremadura. Ahora que las ayudas comunitarias a la agricultura están más entredicho que nunca y que la opinión pública empezaba a olvidarse del caso del lino , surge este caso. Se quiera o no, desgraciadamente, esto deteriora la imagen de todo el sector.

Independientemente de lo que resuelvan los tribunales finalmente sobre este caso, la sola duda de que las ayudas al campo puedan utilizarse mal en casos puntuales extiende las sombras al resto.