Un hombre de 83 años falleció el pasado 6 de julio como consecuencia de las altas temperaturas registradas en Extremadura. Se trata de un vecino de la localidad cacereña de Torrejoncillo.

El anciano fue hallado el pasado 6 de julio en el interior de su domicilio por los servicios sanitarios, que acudieron a la vivienda tras recibir un aviso de su yerno, Lorenzo Moreno, que fue quien dio la voz de alarma al darse cuenta de que su suegro no respiraba.

Moreno ha explicado que su suegro, que llevaba tres años sin salir de la vivienda, estaba muy enfermo.

"La doctora nos dijo que el fallecimiento podía ser como consecuencia de la ola de calor pero lo cierto es que si no era ese día podía ser cualquier otro porque estaba ya muy mal", ha afirmado el yerno del fallecido.

Además, otras seis personas han sido atendidas en la región como consecuencia de la ola de calor. En concreto, se han registrado cuatro casos en la provincia de Cáceres y otros dos en la de Badajoz.

En cuanto a los pacientes atendidos en Cáceres, se trata de dos mujeres de 80 y de 76 años, así como una niña de 12 y un hombre de 76. Todos ellos han evolucionado favorablemente.

Sobre los casos registrados en Badajoz, se trata de dos hombres de 54 y 38 años, quienes también han evolucionado favorablemente.

Ante el exceso de calor, la Dirección General de Salud Pública del Servicio Extremeño de Salud recomienda beber mucha agua y evitar las actividades que requieran esfuerzo físico.

La mejor forma de protegerse de los rigores del verano es usar el sentido común y los sistemas tradicionales, por ejemplo mantener las ventanas y las persianas cerradas para proteger la vivienda del calor, ventilándola por las noches, y utilizar ventiladores y aparatos de refrigeración en el hogar.

Dentro de los cuidados personales, además de la hidratación constante, destaca la importancia de la dieta tradicional típica de la época estival, basada en la ingesta de platos fríos, ensaladas y verduras, frente a las comidas calientes o pesadas, así como evitar el consumo de alcohol cuando el calor arrecia.

La ropa ligera, suelta y de colores claros, el uso de gorras y sombreros y la utilización de cremas solares con un factor de protección mínimo de 15, que debe aplicarse al menos 30 minutos antes de la exposición, entran también entre las cuestiones a tomar en cuenta.

Si no se puede evitar la realización de actividades que exijan esfuerzo físico, deberá ingerirse agua suficiente antes del ejercicio y entre dos y cuatro vasos adicionales de agua fresca cada hora. Las bebidas que contienen sales minerales pueden ayudar a reponer las que se pierden con la sudoración.

Si cuida de niños o de personas mayores deberá vigilarse estrechamente su situación física, animándoles en todo momento a beber líquidos, aunque no manifiesten sed.

Los síntomas más habituales para reconocer que se sufre un golpe de calor por excesiva exposición a las altas temperaturas, son los calambres, la irritación de la piel o quemaduras, el agotamiento físico y la temperatura elevada, que pueden revestir gravedad si se acompañan de pulso débil pero acelerado, dolor de cabeza, náusea y vómitos e incluso pérdida de conciencia.

Ante esta sintomatología es necesario buscar un refugio en la sombra, rehidratar -evitando los líquidos que contengan cafeína-, descansar con los pies ligeramente en alto, tomar un baño o aplicar compresas de agua fresca en el cuerpo. Es recomendable, además, buscar asistencia médica si los síntomas se complican.