La Real Academia de Ingeniería rindió ayer en Alcántara un homenaje al puente romano para festejar sus primeros 1.900 años de vida. Una buena y loable iniciativa que el puente recibirá como cosa natural, acostumbrado a los más grandes elogios desde su construcción por Cayo Lacer en el siglo I d.c. Sus dimensiones estrictas, su cuasi perfecta composición y su armonía con el medio natural, hacen de él uno de los ejemplos más brillantes de los puentes de arcos de piedra construidos desde los romanos y ha proporcionado una lección permanente a los constructores de puentes de todas las épocas. Me gusta referir el ´beau geste´ atribuido a Alfonso V de Portugal, de quien se dice que, al enterarse de que los defensores iban a volar el puente, levantó el cerco de Alcántara, diciendo: "Que no lo quebrasen, que él rodearía con tal que aquel edificio no se gastase, pues no quería el Reino de Castilla con aquel edificio menos".

La Fundación San Benito, con sede en Alcántara, en el conventual del siglo XVI desde el que se puede contemplar en toda su magnificencia ese orgullo de la vieja técnica y esa gallarda imagen de la historia, instituyó, hace ya casi 20 años, el Premio Internacional Puente de Alcántara para resaltar los valores estéticos, tecnológicos y sociales de la obra pública al servicio del hombre. Era una forma de rendir un particular homenaje al puente Romano y de llevar su nombre y el de Extremadura a toda Iberoamérica, algo que se ha conseguido ya plenamente en las 9 ediciones.

He seguido muy de cerca la trayectoria de este premio, considerado como el Nóbel de las obras públicas en los países de habla española y portuguesa, y no me es fácil explicar el impacto que han llegado a tener los actos públicos organizados con motivo de su entrega a los promotores, proyectistas y constructores de las obras a los que ha sido concedido: puente de Tampico en México; puente internacional sobre el río Paraná en Argentina; Torre de comunicaciones de Collserola en Barcelona; Aprovechamiento Hidroeléctrico de Alto Lindoso en Portugal; puente de la Regenta en Asturias; Museo Guggenheim en Bilbao; Proyecto de Irrigación de Chavimochic en Perú; ampliación de la Red del metro de Madrid; pedraplen de Caibarien en Cuba; puentes de Comunicación de Piedrahita en Galicia; Proyecto de Aprovechamiento Múltiple del río Mao en la Republica Dominicana y, en la última convocatoria, el Aprovechamiento Hidroeléctrico de Alqueva en Portugal y el Proyecto Hidroeléctrico de Caruachi en Venezuela.

*Director de la Fundación San Benito de Alcántara