Esclavitud, guerras, cambio climático, matrimonios forzosos, busca de oportunidades, persecuciones étnicas, políticas y religiosas. Detrás de cada migrante hay una historia, un doloroso motivo que les empuja a partir hacia otras tierras con el deseo de lograr una vida digna. Por ello, frente a los discursos de odio, frente a quienes intentan deshumanizar a las personas para despojarlas de sus derechos, la respuesta debe de ser la empatía, una verdadera ‘revolución de la empatía’ que ayude a hacer de este un mundo más justo para todos. Esto no sería posible sin el papel del voluntariado, sin la entrega de quienes dan su tiempo a los demás, pese a que tantas veces quedan relegados a un segundo plano.

Para acercar esta realidad al ciudadano, el fotógrafo Rodian Contador expone en la Asamblea regional 40 fotografías en las que muestra el trabajo de los voluntarios, así como las historias de los migrantes que llegan al Centro de Acogida, Emergencia y Derivación de Personas Migrantes (CAED), que desde hace año y medio funciona en Mérida gestionado por Cruz Roja, con la colaboración de la Junta de Extremadura. «Esta experiencia me ha cambiado la vida, porque estamos todo el día quejándonos y perdemos el norte cuando en realidad tenemos de todo», sostiene Contador. La muestra fotográfica, que se inauguró el pasado miércoles con un acto al que asistió la presidenta de la Asamblea, Blanca Martín, y el presidente regional, Guillermo Fernández Vara, permanecerá abierta durante el mes de diciembre.

A través de su objetivo, el emeritense capta a la perfección los rostros de la guerra, de la violencia, de la pobreza, de la miseria, del hambre, y también de quienes están ahí de manera altruista para ayudarles a sofocar sus calamidades. «Escucharlas relatar como cruzan medio mundo o el mundo entero siendo maltratados, torturados y vejados no te deja indiferente. Cómo alguien que no quiere hablar de su historia un día te dice que fue esclavo en Libia, en el siglo XXI», recuerda.

Las instantáneas de Contador reflejan en primer plano la empatía del voluntariado, en este caso del de Cruz Roja Española en Extremadura, con la que ha querido colaborar desinteresadamente para realizar esta exposición: «En las fotografías he querido homenajear a los voluntarios, ya que muchas veces su labor es un poco invisible aunque sean los primeros que siempre están cuando se les necesita».