Más de 3.000 trabajadores de una treintena de empresas extremeñas del sector de las conservas vegetales están llamados a secundar a partir de hoy la huelga convocada a nivel nacional por los sindicatos CCOO y UGT. El paro, que si no hay acuerdo antes se prolongará hasta el próximo jueves, afectará en la región fundamentalmente a las industrias transformadoras de tomate y, en menor medida, de aceituna de aderezo. Con esta huelga los sindicatos buscan conseguir varias mejoras en el convenio colectivo estatal del sector, actualmente en proceso de negociación.

Con excepción de dos industrias ubicadas en Miajadas (Inpralsa y Nestlé, que cuentan con sus propios convenios de empresa), todas las grandes transformadoras de tomate extremeñas se verán perjudicadas por esta huelga, que coincide, además, con el inicio de campaña.

Tanto UGT como CCOO pronostican un seguimiento de la huelga por encima del 70%. "Va a ser un éxito absoluto", vaticina Vicente Cruz, secretario de Política Industrial de la Federación Agroalimentaria de UGT de Extremadura. Cruz reconoce, sin embargo, las dificultades de movilizar justo en el inicio de campaña a todos los empleados de un sector como éste, en el que existe una alta presencia de trabajadores eventuales. "Si el trabajador todavía no ha firmado el contrato, difícilmente se puede poner en huelga".

Sebastián Trinidad, presidente del grupo de trabajo de tomate transformado en la Confederación de Cooperativas Agrarias de España (CCAE), considera que el paro puede tener unos efectos catastróficos para el sector si finalmente se acaba extendiendo durante cuatro días. "El tomate no se podría recoger, y el tomate que no se recoge se pudre", explica Trinidad, que añade que esta situación se suma, además, a los problemas ocasionados por un tardío comienzo de campaña a causa de las lluvias registradas durante la pasada primavera. "Otros años se ha empezado el 22 o el 23 de julio como muy tarde", lamenta.

Por contra, Vicente Cruz no cree que el paro vaya a ser tan gravoso para el sector, ya que se produce en un momento en el que las industrias no están al cien por cien de su rendimiento. "Sería mucho peor más adelante, a mediados de agosto, cuando la campaña está en pleno apogeo", argumenta. En cualquier caso, Cruz se muestra confiado en que no sea necesario agotar los cuatro días del paro, y asegura que los sindicatos "estamos dispuestos a desconvocarlo" si la patronal da muestras de "flexibilidad".

Las reivindicaciones de los sindicatos se concretan en la exigencia de un convenio colectivo de tres años de vigencia con un incremento salarial que garantice la ganancia de poder adquisitivo. Igualmente, se pide el establecimiento de un plus de penosidad por ruido, el derecho a 30 minutos de descanso para bocadillo en jornadas continuadas y alcanzar el cien por cien de la base reguladora en las bajas derivadas de accidentes laborales --actualmente se sitúa en el 75%--. Además, los sindicatos solicitan que el salario base, que ahora es de 879 euros mensuales, se incremente hasta alcanzar los mil euros durante el plazo de vigencia del convenio.

Los sindicatos aseguran que la respuesta empresarial a sus propuestas ha sido la de ofrecer únicamente una revisión económica del IPC previsto para el 2008 y la posibilidad de seguir negociando en el 2009, algo que han rechazado. "La última oferta de la patronal ha sido la de incrementar los sueldos un 3%, cuando el IPC está ya en el 5%", afirma Francisco Jiménez, secretario de organización de la Federación Agroalimentaria de CCOO de Extremadura.

En toda España están llamados a la huelga 42.000 trabajadores. Además de a Extremadura, el paro afectará fundamentalmente a Murcia, Navarra, Comunidad Valenciana y La Rioja, comunidades con mayor presencia de industrias de conservas vegetales.