A pesar de los grandes nombres que figuran en el programa del I Congreso Internacional de Ingeniería Médica que comenzará mañana en Cáceres, el protagonista de esta cita es el robot Da Vinci, una tecnología que multiplica la destreza del cirujano y reduce considerablemente los traumas para el paciente. Humberto Villavicencio fue el primer cirujano que realizó una operación robótica en España, el 5 de julio del 2005. Fue una extirpación de próstata por un cáncer (una prostatectomía radical). Mañana repetirá esa misma cirugía que podrán ver en directo a través de videoconferencia los asistentes a este congreso, organizado por el Centro de Cirugía de Mínima Invasión Jesús Usón de Cáceres.

--Una de las ventajas del robot Da Vinci es que inhibe el temblor del cirujano pero ¿no le tembló el pulso al ser el primero en hacer una cirugía con ese robot en España?

--La verdad es que el pulso podría estar acelerado pero yo no lo noté porque la emoción fue muy grande por el hecho de poder realizar con una nueva tecnología una cirugía que era tan agresiva y convertirla en una absoluta garantía para el enfermo. Si me hubiera puesto las gafas de aumento, como cuando operaba en cirugía abierta, creo que me hubieran confundido con un parkinsoniano. Ahora he vuelto a tomar café, intervengo en las intervenciones, salgo satisfecho de las mismas y además no me tiembla el pulso.

--¿Qué ventajas tiene la cirugía robótica sobre la tradicional?

--La cirugía abierta implica una herida quirúrgica que produce mucho dolor, además del riesgo de infección y requiere mucha medicación para mitigar el dolor. La hospitalización es prolongada y la recuperación engorrosa. La cirugía laparoscópica ha ido sustituyendo a la cirugía abierta porque evidentemente ofrece una serie de ventajas, pero requiere mucho esfuerzo por parte del cirujano. Por eso, la cirugía robótica irá sustituyendo paulatinamente a la laparoscópica.

--¿En cuánto tiempo?

--De los 580 aparatos de este tipo que existen en el mundo, en Estados Unidos hay unos 480. En Europa ya tenemos 100 y en España 6. Una tecnología cara --un robot Da Vinci cuesta 1.700.000 euros-- que se propaga con tanta facilidad es porque tiene muchas ventajas. Y una de esas ventajas es la visión, que es tridimensional, de alta resolución y tenemos una capacidad hasta de 14 aumentos. Si el cirujano ve mejor, hará mejor las cosas. Además esta tecnología es absolutamente intuitiva, porque yo estoy sentado de tal forma que los instrumentos que se introducen donde yo trabajo es de un centímetro, con una excelente articulación que conduce a una precisión absoluta de las intervenciones sobre el tejido. El trauma es mínimo. Como tenemos mucho aumento, nos permite cortar justo lo que uno tiene que cortar. Este aparato inhibe el temblor del cirujano, por lo tanto las cirugías son precisas. Pero es que además los instrumentos articulados son superiores en cuanto a movimientos, la laparoscopia tiene cuatro movimientos de libertad y estos tienen siete. También podemos rotar el mismo instrumento casi 360 grados. Ya no nos lavamos y no uso guantes.

--¿Ya no opera con cirugía abierta?

--Solo el 2% de la cirugía que hago es abierta. Con el robot me puedo permitir el lujo de pasear y tomar algo cuando me tienen que sustituir un instrumento y el laparacopista no puede hacerlo porque está lavado. La cirugía robótica no produce estrés ni cansancio.

-- ¿Si un cirujano es malo seguirá siéndolo con el Da Vinci y si es bueno lo será también en una operación con el robot?

--Es fundamental la experiencia del cirujano. El robot facilita una herramienta para que el cirujano haga mejor el trabajo que estaba haciendo en cirugía abierta, pero con menos traumas para el paciente y mayor comodidad para el profesional.

--Entre tantas ventajas solo se me ocurre la desventaja económica para que su uso no se haya extendido en España.

--La económica inicial, porque el coste por intervención no es mucho con relación a una cirugía laparoscópica. La cirugía abierta sigue siendo una cirugía más barata. Pero una protatectomía radical por cáncer que se somete a cirugía abierta requiere entre un 20 y un 25% de transfusiones sanguíneas. Esto prácticamente desaparece con la cirugía laparoscópica y es prácticamente inexistente en la robótica. También hay que valorar la rápida recuperación del paciente, la calidad de vida... los pacientes operados por nosotros el día siguiente están leyendo el periódico.

--¿En qué intervenciones se utiliza esta técnica?

--En urología se empezó con la prostatectomía radical por cáncer porque es una cirugía en sí muy difícil ya que la pelvis del varón es muy estrecha y llena de estructuras delicadas, como los nervios responsables de la erección. Después ha pasado a la cistoprostatectomía radical, nefrectomía parcial, ureteropieloplastia, colposacropexia, reimplante ureteral, vasovasostomía... En otras especialidades se usa la robótica en cirugía cardíaca, general, ginecológica y pediátrica.