El expresidente de la Junta, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, ha recurrido la sentencia del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Mérida, que ha desestimado la demanda de protección del derecho al honor que interpuso contra el diario El Mundo por las informaciones publicadas por este periódico en las que afirmaba que el dirigente extremeño cedió un despacho en la región al exsecretario de Estado de Seguridad Rafael Vera para obtener datos sobre la autoría de los atentados del 11 de marzo del 2004 en Madrid.

En tono muy irónico, Rodríguez Ibarra aseguró ayer que la jueza del caso ha incurrido en "negligencia o prevaricación", por tomar en consideración testimonios sobre un suceso que no había ocurrido. La jueza, indicó, basa sus fundamentos en informaciones facilitadas por los periodistas Manuel Sánchez y Raúl del Pozo --a los que restó cualquier credibilidad-- y al autor de la información, Casimiro García Abadillo, sobre unos testimonios recogidos durante un mitin del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en Badajoz el 8 de marzo, tres días antes de los atentados.

Según el expresidente extremeño, "es bastante difícil que un militante socialista próximo a mí le pudiera informar a Manuel Sánchez sobre un suceso que todavía no se había producido", salvo que "yo fuera Bin Laden", comentó con ironía. En este punto recordó con sorna las palabras del expresidente del Ejecutivo José María Aznar "cuando dijo que los autores intelectuales de la matanza de Atocha no estaban entre montañas" y añadió, "estaban en Santo Domingo de Olivenza", en referencia a su lugar de residencia.

Además, señaló que la jueza "ha dictado sentencia en un despacho facilitado por Pedro J. Ramírez (director de El Mundo)", según le han dicho testigos.

Con pocas esperanzas de que prospere el recurso, avanzó que creará "una asociación nacional para que todos aquellos que se sientan vulnerados por sentencias incomprensibles desde la razón puedan tener recursos económicos para defenderse". A él, dijo, defender su honor ya le ha costado "600.000 pesetas".