El presidente de la Junta de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, regresó ayer a Mérida tras haber permanecido cuatro días ingresado en el Hospital Clínico de Madrid por el infarto agudo de miocardio que sufrió el pasado lunes.

En sus primeras declaraciones públicas, nada más abandonar el hospital, Ibarra dejó claro que "en ningún momento" se ha planteado abandonar la política. Simplemente, añadió, deberá "cambiar la forma de hacer las cosas y el cierto desorden que conlleva" su trabajo.

El presidente extremeño llegó a su residencia oficial de Mérida a las dos menos diez de la tarde, con rostro cansado y acompañado por su mujer, Leonor Godoy, y por el consejero de Sanidad y Consumo, Guillermo Fernández Vara. Unas horas antes reconocía, en declaraciones a los periodistas que le esperaban a las puertas del hospital madrileño, que cambiar su carácter "es algo más difícil que dejar el tabaco" (algo que asegura que ya ha conseguido). Pese a todo se ha comprometido a intentar "echarle un poco menos de corazón a la política" y tomarse las cosas "con más filosofía".

HABITOS DE VIDA Sobre la posibilidad de abandonar la política tras esta dolencia, Rodríguez Ibarra insistió en que un infarto como el que ha sufrido --algo que calificó de "susto"-- "no tiene nada que ver con la actividad que uno desarrolla, sino con la forma en que lo hace y el desorden de los hábitos". Por eso, se mostró convencido de que podrá seguir dedicándose a la política "sin que me tenga que dar un infarto". El dirigente extremeño indicó que su deseo es el de reincorporarse "poco a poco" a sus obligaciones políticas porque está "dispuesto a trabajar pero sabiendo lo que no debo hacer", puesto que ha sido "bien aleccionado para que el infarto no se repita porque al final todo se paga".

PRIMEROS CAMBIOS Dentro de esa nueva filosofía con la que intentará tomarse la vida a partir de ahora, comentó que ya le ha dicho al presidente catalán, Pascual Maragall, que ambos deben ser "más amigos, más españoles y más catalanes".

Por otra parte, el presidente del Gobierno extremeño agradeció las muestras de cariño y solidaridad que ha recibido durante estos días, así como el trabajo desarrollado por los "extraordinarios" profesionales del Hospital Clínico de Madrid. Y es que la experiencia le ha servido para conocer de cerca una sanidad que calificó de "magnífica, muy profesional, muy científica y muy humana".