Ignacio Huertas lleva muchos años trabajando en la organización agraria UPA-UCE, casi siempre junto al ahora secretario estatal de la organización Lorenzo Ramos. Las marchas de Fernando Moraleda al Ministerio de Agricultura y de Ramos a la dirección nacional de UPA en su lugar hicieron correr el escalafón y auparon a Huertas a la Secretaría General de UPA-UCE Extremadura.

--¿Qué balance hace de estos primeros meses al frente de UPA-UCE?

--Todavía estoy tratando de asentarme. Esta es una organización compleja, aunque ya la conocía bien porque llevo muchos años trabajando en ella. El balance, aunque todavía es pronto, es positivo, porque la organización ha estado en los problemas reales, tratando de buscar soluciones.

--La principal crítica que suele recibir UPA es que es una organización demasiado metida en política.

--Somos una organización de ideología progresista, y eso nunca lo hemos negado, pero es injusto que se nos califique de políticos. La realidad es que hay agricultores y ganaderos de todos los partidos en nuestra organización. Hemos estado protestando por todos los problemas que sufría el sector y esa es la independencia que debe tener una organización agraria, poner por encima de todo los intereses de los agricultores y ganaderos.

--Por hablar de un caso concreto. ¿Habría sido la misma la reacción de UPA si el acuerdo del tabaco lo hubiese aprobado el Gobierno del PP?

--Es cierto que hay gente a la que le da la impresión de que no. En la reforma de la OCM luchamos porque se siguiera manteniendo el cultivo del tabaco como un cultivo más, y que se siguiera permitiendo que los agricultores de Extremadura siguieran produciendo. Ese es un objetivo que se ha logrado. Se ha logrado un periodo hasta el 2010 que va a permitir que se siga produciendo y a partir de esa fecha la idea es que se pueda seguir cultivando el y tabaco, porque no vemos grandes alternativas. No es la mejor reforma, pero no esta mala como apuntaban las previsiones --que se cerrase en el 2006--. Sinceramente, creo que la respuesta de UPA hubiese sido la misma si la reforma la hubiese negociado el anterior Gobierno.

--¿Cuál es el panorama que espera a la agricultura extremeña ante la ampliación de la UE?

--Hay un factor positivo y otro negativo. El negativo, que hay 9 millones de agricultores y ganaderos que se han integrado en una UE que no va a dedicar más presupuesto, es decir, que hay más del doble de agricultores y ganaderos y los presupuestos agrarios se congelan en el 2007. Queremos que ese dinero vaya dirigido en mayor medida a los agricultores profesionales y a las explotaciones familiares.

--¿Y la parte positiva?

--Hay una serie de cultivos, como los mediterráneos, en los que estos países no son grandes productores y se crea un mercado de 150 millones de consumidores. Si somos capaces de ganar ese reto y de introducir nuestras producciones habremos ganado.

--En un marco tan complicado, ¿es el momento de apostar decididamente por la calidad?

--Hay que tener claro que la calidad es el sitio en el que podemos competir. Estamos compitiendo con países que pagan salarios de miseria y que tampoco llevan a cabo procesos de seguridad agroalimentaria.

--Si se analiza el futuro, ¿el campo extremeño debe ser optimista o pesimista?

--Hay que ser riguroso, estar encima de los problemas y no ser catastrofistas. Hay que plantear siempre que no hay ningún país civilizado sin agricultores y ganaderos. Esta es una profesión tan digna como otra y tenemos derecho a ejercerla.