--Hay muchas referencias a Extremadura tanto en sus investigaciones como en el programa de radio que dirige.

--Es una tierra a la que tengo un cariño muy especial. Fue en Las Hurdes en donde inicié mis primeros trabajos periodísticos. Recuerdo que el primer reportaje con fotos que hice, hace 11 años, fue en Las Hurdes, yo tenía una gran fascinación por esa comarca y en esos continuos viajes a Extremadura he ido contactando con gente y con el pasado de esta tierra y su arqueología popular, que me resulta intrigante y enigmática. Creo que es un lugar muy variopinto y en el que la gente sigue teniendo capacidad para asombrarse con el misterio y eso se ha perdido en otros lugares.

--¿Es Extremadura una zona de especial relación con lo misterioso?

--Sí. Existe una sensación muy fuerte de conexión con la naturaleza en esta tierra y eso es una bendición porque en muchos sitios ha desaparecido. Todo esto hace que haya una cantidad de historias increíbles. Quizás en cuanto a densidad de casos en toda España, Extremadura es la región en la que más sucesos hay y eso es porque no se ha perdido la esencia de muchas cosas.

--En los últimos tiempos estamos asistiendo a un auge de estos temas en los medios de comunicación...

--Sí, pero tratados de otra forma y para ello hemos tenido que bregar mucho. Yo nunca me he prestado a hacer el idiota en la televisión, ni a asistir a debates bochornosos. Alguna gente cree que reírse de estos temas da audiencia y eso ha obligado a que tengamos que luchar para que todo esto se vea con rigurosidad. Hay un largo camino detrás. En cuanto al interés por estos temas es normal, porque como seres humanos nos interesa lo relacionado con el misterio.

--Pero usted siempre asegura que es un escéptico...

--Es cierto. Yo soy periodista, me considero un periodista de sucesos, no soy oscurantista, no soy esotérico ni maestro de nada y si hay un fraude hay que destaparlo. Me molesta mucho que me intenten relacionar con parapsicólogos, videntes... Todos ellos son maestros de nada. Nadie te puede dar lecciones de algo que no se sabe cómo es.

--¿Realmente pasó tanto miedo durante la investigación del suceso ocurrido en la Base Aérea de Talavera?

--He tenido miedo otras veces, pero nunca ha sido una sensación tan fuerte como esta. Ese miedo es distinto. Cuando trabajas en esto terminas creando una coraza y no porque seas valiente, sino porque es tu trabajo. Pero lo de Badajoz ha sido distinto, era el darte cuenta de que había gente que no quería que esto se conociera. Ha llegado hasta tal límite la obsesión que me despertaba con pesadillas. En algunos hoteles de Badajoz me despertaba con frecuencia pensando que había alguien en la habitación y cuando descubrí cómo habían muerto algunas personas sentí mucho miedo. En mis viajes he pasado miedo en lugares como Perú, Argentina, Bolivia, Isrrael... pero lo de Badajoz ha sido distinto.

--¿Para cuándo una nueva investigación en Extremadura?

--Siempre habrá para otro proyecto en Extremadura. Me gustaría volver a Las Hurdes para ver qué queda de todo lo que descubrí hace once años. Me enamoré de aquella tierra y siempre me ha parecido el lugar más fuerte en el que he estado --Iker escribió hace cinco años el libro Paraíso maldito en el que recogía sucesos de esta comarca tras varios años de investigación--. Dentro de algunos años volveré a hacer ese camino y a encontrarme con esa gente. Por cierto, el 10 de diciembre haremos Milenio 3 desde Cáceres.