Los cacereños pagan un 26% menos que los pacenses por el Impuesto de Vehículos de Tracción Mecánica (IVTM), conocido como impuesto de circulación o rodaje, y que es un gravamen cuya cuantía fija el ayuntamiento dentro de unos máximos y mínimos fijados por ley. Según un estudio realizado por Automovilistas Europeos Asociados (AEA), el impuesto municipal cacereño para el tramo medio --entre ocho y 11,99 caballos fiscales, que es donde entra el mayor porcentaje de vehículos-- se sitúa en 39,58 euros, cerca del mínimo para este tramo, que es de 34,08 euros.

Esto sitúa a la ciudad cacereña como la tercera capital de provincia que menos grava los coches, sólo por encima de Soria y Zamora, que cobran ambas 39 céntimos menos que Cáceres.

En cuanto a Badajoz, su tipo medio la coloca en duodécima posición entre las capitales provinciales, es decir, también en la parte baja de la tabla.

51 EUROS MAS CARO En lo que se refiere a la comparativa entre las ciudades extremeñas, cabe señalar que la diferencia se amplía conforme sube el tramo. Así, para los coches de menos de ocho caballos, la distancia es de menos de cuatro euros, mientras que en el segundo tramo --entre ocho y 11,99-- la distancia sube en 10,10 euros. En el siguiente escalón, para coches de entre 12 y 15,99 caballos, Badajoz es 25,41 euros más caro que Cáceres, diferencia que pasa a 31 euros para los vehículos de entre 16 y 19,99 caballos. Por último, para los de más de 20 caballos, tramo muy minoritario, la distancia supera los 51 euros.

Otra cuestión que constata el estudio es que ninguna de las dos ciudades extremeñas ha variado su impuesto de circulación en el último ejercicio.

PARAISOS FISCALES Al margen de comparativas, el estudio, que señala que los ingresos por IVTM suponen en Extremadura unos 31 millones de euros para los ayuntamientos, alerta sobre el fenómeno de la fuga de matriculaciones hacia los denominados paraísos fiscales .

Según explicó el presidente de AEA, Mario Arnaldo, esta fuga, que se empezó a detectar en el 2001, se ha multiplicado a lo largo del año pasado.

En principio, el procedimiento era que los ayuntamientos fijaban el tipo mínimo legal, y contactaban con empresas de alquiler de vehículos para que censaran allí su flota, lo que permitía a los municipios bajar impuestos a los vecinos a la vez que ingresaban más, mientras que las empresas rebajaban sustancialmente sus costes anuales.

Sin embargo, Arnaldo comentó que el fenómeno se ha disparado al descubrir los ayuntamientos que existe la posibilidad de bonificar en un 75% el impuesto si los vehículos utilizan combustibles poco contaminantes, "y qué menor contaminación que un coche que ni siquiera va a circular por la localidad", con lo que pagan sólo ocho euros por año, "y eso, para una empresa que tenga una flota de cien mil coches, es un ahorro sustancial".

El presidente de AEA indicó que no tiene constancia de esta práctica en Extremadura "pero terminará llegando".