La organización agraria UPA-UCE hizo ayer un llamamiento a los productores extremeños de tomate para que se mantengan unidos en sus reivindicaciones a la industria transformadora, dadas las difíciles y duras negociaciones que una vez más se están llevando a cabo para fijar el precio del producto.

Según explicó el secretario de Producciones de Regadío de esta organización, José Cruz, la negativa de las industrias a aceptar un precio superior al de la campaña pasada por cada kilo de tomates, fijada en 8,32 pesetas (0,05 céntimos), puede convertir la campaña del 2003 en una de las menos rentables para los productores, dado que el curso de las negociaciones apunta a que el precio no superará las 8 pesetas.

Si no se alcanza otro acuerdo, los productores extremeños de tomate podrían pensarse si seguir produciendo este cultivo dado que el coste de producción del mismo superará pronto el precio que la industria está dispuesta a pagar y menos resultaría rentable teniendo en cuenta el precio de un kilo de tomates en el mercado. Cruz dijo que a estas alturas se demuestra "que la industria no quiere entendimiento y está dispuesta a dividir a los productores negociando de manera individual con algunos de ellos y con las OPFH más allegadas".

Además, hizo un llamamiento al presidente de la Junta de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, para que "ponga medios y mecanismos que permitan que la negociación vuelva a su cauce".