La Junta de Extremadura ha intensificado los controles en la zona del Tajo más próxima a la provincia de Toledo con el fin de prevenir la aparición de camalote en el tramo extremeño, después de que la Junta de Castilla-La Mancha diera a conocer la existencia de un brote de la invasora en el tramo entre Talavera de la Reina y la presa de Azután, a escasos diez kilómetros del límite entre las dos regiones. Según los datos trasladados a este diario por la Consejería para la Transición Ecológica y Sostenibilidad, desde el pasado mes de agosto se han llevado a cabo diez controles en masas de agua de Extremadura próximas a la zona afectada, con el fin de localizar posibles restos de la invasora. En concreto, las inspecciones se han llevado a cabo en la cola del embalse de Valdecañas y en charcas próximas a su entorno, y en los próximos días se buscarán también restos de la eichhornia crassipes en la zona del embalse de Rosarito.

Las actuaciones en la cuenca extremeña del Tajo se han puesto en marcha «a raíz de la presencia de camalote en Talavera de la Reina», dicen en la Junta, pero la idea es intensificar las inspecciones con el fin de prevenir que el brote de la planta exótica pueda extenderse a Extremadura.

382 INSPECCIONES/ La Junta he llevado a cabo este año 382 inspecciones en masas de agua con el fin de detectar ejemplares de camalote. La mayor parte de estas actuaciones se han realizado en la cuenca del Guadiana, donde desde hace 14 años se lucha contra esta invasora en un tramo de más de 176 kilómetros. En Extremadura, la lucha contra el camalote ha supuesto una inversión de 42 millones de euros desde su aparición en aguas del río Guadiana, en 2004, y la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG) ha previsto emplear otros cuatro millones anuales en los próximos cuatro años.