Rosa Iglesias se aventuró a abrir una librería en Piornal hace dos años. Desde hace un tiempo le rondaba por la cabeza la idea de emprender y surgió la oportunidad cuando supo del cierre de la librería Delibes, que llevaba casi 25 años en el pueblo. «La decisión la tomamos en poco tiempo» recuerda. En algo menos de dos meses ella y su marido se pusieron en marcha: alquilaron un local contiguo en el que había estado antes un supermercado, ampliaron el establecimiento y le cambiaron en nombre por El Álamo, en recuerdo al árbol que había en la puerta de la iglesia y que de algún modo era un símbolo para todo el pueblo. Con un local más grande pudieron ampliar la oferta del negocio. «Antes solo había prensa y algo de papelería», recuerda, Y ellos sumaron a eso, libros, material escolar, y también algo de ‘chuches’, junto a una oferta de ocio con la que tratan de acercar a la localidad actividades para los más pequeños.

«Hace unas semanas organizamos un cuentacuentos y ahora estamos preparando otro», explica de esta faceta. «Es una forma de acercar nuestra actividad al pueblo, de implicarnos y de ofrecer algo más», señala la empresaria, que reconoce que abrirse paso en el entorno rural y competir allí con gigantes de la distribución de libros es «muy complicado». Su receta para resistir: «implicarte con el cliente y darle un servicio rápido, porque es lo que te demanda. Intentamos que cuando nos encargan un libro, podamos tenerlo en 48 horas», cuenta. Y la mayoría de las veces lo consigue, pero reconoce que no siempre se puede y que hacerlo tampoco es fácil y el cliente no sabe valorarlo «porque se han acostumbrado a la inmediatez que ofrecen las grandes cadenas».

«Cuesta resistir, enfrentarte a las compras por internet, a las grandes superficies. No es fácil mantenerse y hay momentos en los que te planteas dejarlo, porque lo pones todo de tu parte y no llegas», dice la propietaria, que ha empezado a situar a su negocio también en las redes sociales con un perfil de Facebook en el que pretende difundir novedades y actividades. «A medida que podamos, poco a poco», apunta.