El grupo ICG 2000, domiciliado en Madrid, centra su actividad en el comercio al por mayor de productos cárnicos. La compañía ya había mostrado su interés por establecerse en la región. De hecho, estuvo a punto de quedarse con la gestión del matadero municipal de Badajoz. ICG se hizo con la adjudicación provisional de la instalación, pero renunció a ella al considerar "ilegal" el aval de 8,4 millones "sin garantía recíproca" que exigía el consistorio. El proyecto de la compañía comprendía la renovación total del matadero, con una inversión de 50 millones y la creación de 400 empleos durante las obras, más otros 250 directos una vez en marcha.