Ocho de cada 100 extremeños presentan un riesgo cardiovascular alto, según los últimos estudios médicos, lo que significa que en un plazo de diez años pueden tener un episodio cardiovascular mortal. Un infarto de miocardio, como el que ha padecido el presidente extremeño, es la necrosis de una zona de la pared del corazón, lo que impide que este órgano pueda realizar sus funciones de contracción, y se produce por la formación de un trombo en una estrechez previa de la coronaria.

El tabaco es uno de los principales factores de riesgo que produce la arteriosclerosis, que es la que desencadena la estrechez y posterior obstrucción de las arterias coronarias --precisamente, Ibarra se ha declarado en diversas ocasiones fumador empedernido, asegurando que se fuma un cigarro cada 20 minutos, aproximadamente--.

En cuanto al tiempo de recuperación de un afectado por infarto de miocardio es variable, ya que depende de las características del infarto y las repercusiones que produce en el funcionamiento normal del corazón. De forma general, siempre que no haya complicaciones, el paciente suele estar entre dos y tres días en Cuidados Intensivos Cardiológicos y otros tantos días en la planta de Cardiología.

Pocos daños

Una vez dada el alta hospitalaria el paciente se suele ir incorporando a sus tareas habituales de forma progresiva, dependiendo de la repercusión del infarto. En este sentido, los médicos que atendieron al presidente extremeño coincidieron ayer en señalar que los daños no serán muy grandes, debido a que se había producido una rápida intervención, aunque incidieron en que su corazón "quedará dañado".

En el caso concreto de Ibarra, los facultativos del Hospital Clínico San Carlos le practicaron un cateterismo cardiaco que evidenció una lesión única en la arteria coronaria derecha, por lo que decidieron realizarle una angioplastia primaria con implantación de stent .

Una angioplastia se lleva a cabo para eliminar la obstrucción coronaria y conseguir que la pared cardíaca vuelva a recibir sangre. En Extremadura este tipo de intervenciones se realizan desde hace tiempo en el Hospital Infanta Cristina de Badajoz, mientras que en Cáceres se llevan a cabo en la Clínica Virgen de Guadalupe, mediante un concierto. No obstante, según el Servicio Extremeño de Salud, dentro de un mes se podrán hacer en el Hospital San Pedro de Alcántara de Cáceres y también está previsto que en breve se hagan en el Hospital de Mérida. Como curiosidad, en el Hospital Infanta Cristina se atienen anualmente más de trescientos casos de infarto de miocardio.

La angioplastia se suele practicar en las seis primeras horas de haberse producido un infarto, con la finalidad de que se produzca la menor cantidad de necrosis celular y limitar así la extensión del infarto. Se lleva a cabo introduciendo por el brazo o la ingle un catéter en la coronaria afectada mediante una aguja con un fino hilo metálico que sirve de guía. Posteriormente se infla una especie de balón que está en la punta del catéter para ensanchar el área bloqueada, colocando así el stent, una malla que reforzará la pared vascular.

Los pacientes que han tenido una angioplastia coronaria exitosa presentan buenos resultados a largo plazo, aunque en algunos casos las arterias se pueden volver a estrechar y hará falta repetir la operación.

Según explicó ayer a Efe el cardiólogo jefe de la Unidad de Hemodinámica del Hospital Infanta Cristina de Badajoz, José Ramón López, con un tratamiento "muy llevadero" se puede hacer una vida "muy aceptable y totalmente activa" una vez pasado un periodo de recuperación de tres o cuatro semanas, en el que el paciente deberá guardar un "reposo relativo" alejado del estrés laboral.

El doctor advirtió de que a medida que aumenta la edad, crece también el riesgo de sufrir eventos coronarios, porque la arterioesclerosis es progresiva, y, aunque hasta los 45-50 años los hombres tienen más riesgo de padecerlos, a partir de esa edad "la mujer se va acercando progresivamente".

Por ello, insistió en la necesidad de que las personas mayores de 50 años sean conscientes de que a partir de esta edad "debemos ser mucho más estrictos con los factores de riesgo" como son el tabaco, la hipertensión, la obesidad, el sedentarismo y los niveles altos de colesterol.