Los propietarios de la finca Las Lomas, donde aún permanecen las dos avionetas de fumigación que el pasado martes chocaron cerca de Santa Amalia, está a la espera de poder retirar los restos del accidente. Después de que efectivos de la policía judicial examinaran la semana pasada el lugar del siniestro --que se cobró la vida de uno de los pilotos, mientras que el otro resultó herido grave--, Tomás Gómez, que encabeza la empresa familiar a la que pertenece el cultivo afectado, todavía no sabe cuándo será posible retirar las aeronaves.

"Suponemos que dependerá de cuándo termine la investigación y lleguen a un acuerdo las aseguradoras, que son las que correrán con los gastos", explica Manuel Gómez, hijo de Tomás a la vez que miembro del negocio familiar. Al respecto, aclara que el retraso que pueda producirse en la retirada de los restos del accidente no supone graves inconvenientes para el cultivo --una plantación de arroz--, ya que "el daño que pudiera producirse ya está hecho, porque las partes donde cayeron los aparatos o que han sido más pisoteadas se han perdido. Pero eso no perjudica al resto del cultivo".

En cuanto a la dificultad para retirar los restos de las avionetas, al estar la finca anegada por el agua como es propio del cultivo de arroz en esta época, los técnicos de las aseguradoras ya han encontrado una solución. "Ante las dificultades de acceso a la zona para la maquinaria pesada, han acordado desguazar las piezas más grandes en la propia finca. Para retirarlas, haremos uso de nuestro tractor, especialmente preparado para este cultivo, que las llevará hasta donde ya puedan recogerlas los camiones", especifica Gómez.

ANALISIS DEL PESTICIDA Por otro lado, técnicos de la Junta analizan actualmente las muestras que recogieron la semana pasada, como adelantó este diario, para comprobar si la plantación puede haberse contaminado por el pesticida que transportaba una de las avionetas. A falta del informe definitivo, los propietarios de la finca afirman que, según los primeras estimaciones, lo más probable es que el cultivo no resulte perjudicado, ya que se trataba de un producto químico poco agresivo que, además, quedó disuelto en el agua que inunda la finca.

En todo caso, los propietarios de Las Lomas no están preocupados por este tipo de contratiempos, porque tanto la Junta como las propias aseguradoras les han garantizado que no tendrán que correr con ningún gasto. "Por ahora, nosotros seguimos trabajando con normalidad en esta parcela y, en el caso de que el producto resultante no fuera apto para el consumo --algo que, aunque es muy poco probable, comprobaremos--, nos lo cubrirían los seguros".

En este sentido, tanto Manuel Gómez como su padre agradecen el asesoramiento y la atención que les han proporcionado los responsables de la Junta y de las propias aseguradoras. "Por eso, estamos muy tranquilos, aunque al principio nos llevamos un gran susto. Sobre todo, teniendo en cuenta que ese día teníamos pensado ir allí a trabajar y quién sabe lo que podría haber pasado", comentan.