En el excepcional marco de Monfragüe, la ministra de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, reivindica un modelo de política medioambiental «que haga compatible el desarrollo y la preservación de la naturaleza» y responde a El PERIÓDICO sobre algunas de las cuestiones que preocupan al campo extremeño.

--¿Conservación y desarrollo pueden ser compatibles?

--La protección del medioambiente no tiene por qué ser un lastre para el progreso. Hay una posibilidad de crecimiento con una política medioambiental seria y debidamente planificada. Por ejemplo, un 30% de las ayudas de la PAC están vinculadas a producir de forma sostenible.

--Precisamente la PAC, y en concreto el presupuesto para el periodo 2021-2027, ha generado inquietud en las últimas semanas. Se prevé que tras el Brexit haya recortes importantes. ¿Cual es la postura del Gobierno?

--Sabemos que tenemos que proteger la Política Agraria Común y llevamos meses trabajando. De hecho, España y Francia advirtieron al presidente de la Comisión, Juncker, que no les gustaba lo que se planteaba de un recorte de hasta un 30% de las ayudas de la PAC y una cofinanciación. Y gracias a eso, hemos pasado a un punto de partida en la negociación del presupuesto de una reducción del 3,5% en las ayudas directas y del 5% para el conjunto de la PAC considerando el desarrollo rural. Hay una mejor posición.

--¿Buscarán en los meses de negociación que quedan ajustar más esas cifras? ¿O asumen que se recortará el presupuesto?

--Nuestro objetivo es consolidar las ayudas que logramos en 2013 porque eso es estabilidad para los agricultores y ganaderos. Nosotros no queremos que haya esa bajada del 3,5% en el caso de las ayudas directas, pero no es lo mismo tener que negociar una subida del 3,5% que una subida del 30%, que es lo que se requería inicialmente.

--Pero sin el aporte de Reino Unido y con la previsión de reforzar políticas como las de Seguridad, parece claro que habrá que asumir algún recorte.

--Vamos a trabajar para que no haya ni siquiera esa bajada del 5% y vamos a negociar el presupuesto que mejor se adapte a las necesidades de España y los intereses de los agricultores y ganaderos.

--Su Ministerio ha frenado el proyecto de regadío de Tierra de Barros porque dicen que no es viable como está. Fue un varapalo.

--Fue un varapalo de la Junta de Extremadura, no del Gobierno de España. Este fue un proyecto del anterior gobierno de Extremadura, de Monago, pero el gobierno actual dejó de tener este proyecto como prioritario y pidió al Ministerio que participara. Nos presentaron un proyecto hecho, en el que no nos han dejado participar ni en su definición ni en su análisis. Y a mí los técnicos del Ministerio me trasladaban que les preocupa la debilidad técnica; porque se plantea como un proyecto en mosaico con parcelas alejadas, y desconocemos el criterio por el que se eligen unas parcelas y otras no. Y junto a eso, también me señalaron la debilidad económica.

--¿Ese fue el motivo por el que rechazaron participar?

--Nunca se dijo a la Junta que no fuéramos participar, pero nos sorprendió que nos invitaran a participar en algo que se nos presenta como ‘son lentejas’ y, a juicio de los técnicos, sin el rigor técnico y económico que requería.

--¿Pero qué debe cambiar? ¿Van a encauzar la situación para desatascar el proyecto?

--Antes de avanzar, necesitamos conocer bien el proyecto, porque es inaudito que no se nos haya dado participación en su redacción. Y debe ser un proyecto que tenga garantías para el futuro de los regantes, no que les hipoteque el futuro. A partir del día 15 de mayo se convocará una reunión técnica para que la Junta nos dé los detalles técnicos que necesitamos; para que nos explique por qué se diseña una transformación de regadíos en mosaico que lo encarece enormemente y cómo se ha calculado la viabilidad económica.

--Esto llegó después de otra mala noticia para los vitivinicultores de la zona al limitar el crecimiento de la producción de cava, como se pedía desde Cataluña.

--Lamenté mucho que se explicara así. La postura del Ministerio obedecía al interés por proteger a los viticultores que lo son y que lo quieren ser. La única forma de evitar la pérdida de valor del viñedo es aplicar un crecimiento ordenado y eso es lo que se aprobó en el marco de la PAC, y lo que se ha aplicado para este año, escuchando a las denominaciones de origen. En el caso del cava, había una especial preocupación porque el crecimiento del último año superaba el 6% y, según las estimaciones de la denominación de origen, podía crecer un 14%. Pero sabemos que aún hay margen para las bodegas, porque parte importante de lo que se produce en Extremadura se transforma aún en Cataluña.

--Por lo que dice, parece poco probable que en un año se apoye incrementar la producción.

--Habrá que volver a analizarlo escuchando al sector y cumpliendo el reglamento comunitario, que exige que no se destruya valor. Estoy segura de que el sector no nos perdonaría que un crecimiento desordenado trajera una pérdida de valor. Pero es cierto que habrá que buscar una solución a largo plazo; y que las denominaciones de origen sean cada vez más responsables de su potencial.

--Extremadura está tramitando una ley para proteger y potenciar la dehesa. ¿No habría que propiciar un marco a nivel nacional?

--No es una cuestión que tengamos sobre la mesa a corto plazo, aunque es algo a valorar. Pero sí que estamos trabajando en un proyecto con Extremadura, Andalucía, Castilla La Mancha y Castilla y León, para combatir ‘la seca’, que nos preocupa mucho. Queremos conocer la enfermedad, ver su evolución y tratarla, porque la dehesa es un patrimonio natural único en el mundo y el porcino ibérico no tiene futuro sin dehesa. El proyecto tiene toda nuestra atención.

--La mujer es ‘invisible’ en el campo, que continúa estando muy masculinizado.

--Es cierto que no es todo lo visible que debería, y no se hace justicia a la realidad. Estamos volcando los esfuerzos en la ley de titularidad compartida porque nos queda un recorrido muy largo. Y hay otra estrategia que creo fundamental, la digitalización del medio rural. Las tecnologías de la información contribuyen a cerrar la brecha entre lo rural y lo urbano y, así, a que mujeres y jóvenes se queden en el medio rural.

--Junto a todo eso, ¿no habría que hacer un esfuerzo por medidas de igualdad? Por ejemplo, en Extremadura hay únicamente dos mujeres al frente de una cooperativa agroganadera.

--Estamos trabajando para impulsar medidas para que las mujeres tengan más presencia en los órganos directivos de las cooperativas. Hay un convenio con Cooperativas Agroalimentarias para fomentar la participación de las mujeres en el sector o para asesorar a las cooperativas en materia de igualdad.