Izquierda Unida se recompone del golpe. La dimisión de ocho de los 17 miembros de la Presidencia, máximo órgano de dirección del partido, puso en evidencia que algo estaba fallando en el seno de la organización y así lo reconoció ayer el coordinador regional, Pedro Escobar, ante el Consejo de Política Regional celebrado en Mérida. Este negó tanto la existencia de una crisis interna como el nacimiento de una corriente crítica con su gestión, pero sí entonó el mea culpa y afirmó que los contactos de la agrupación de diputados con el partido han sido escasos hasta ahora. El coordinador insistió en que el cónclave de ayer se encontraba dentro de la normalidad y que su objetivo principal era analizar los buenos resultados electorales de IU en la región. También explicar el fundamento de la enmienda a la totalidad a los presupuestos del 2012 y recomponer el máximo órgano de dirección, pero lo cierto es que las medidas que se tomaron van en consonancia directa con los motivos que tal y como ha informado este diario, han llevado a dimitir a la mitad de la Presidencia: la falta de democracia interna y un apego excesivo al PP con pacto para aprobar los presupuestos incluido.

Junto al secretario de Organización de IU en Extremadura, Joaquín Paredes, Escobar informó de que se ha reglamentado una comunicación "más fluida" entre la Presidencia y la agrupación de diputados, de tal forma que ambos mantendrán reuniones cada 15 días. Esto es, las semanas que no se celebre pleno en la Asamblea. De igualforma, el Consejo Político Regional se celebrará cada dos meses y no cada tres, como hasta ahora.

Uno de los ocho dimisionarios, Rafael González, explicaba en una carta que EL PERIODICO publicó que Escobar y Paredes "pretendían convertir una organización en su cortijo", criticando precisamente esa "comunicación deficiente" que ahora reconocen y contra la que toman medidas. Paredes afirma que "está en el ADN de IU ser asambleario", pero aún así, avisa de que "es inviable" someter todas las decisiones de los parlamentarios a una asamblea. El secretario afirma que la comunicación entre la dirección de IU y sus grupos parlamentarios siempre ha existido, pero no regulada ni reglamentada como ahora.

En la reunión, que duró más de seis horas, Escobar también se esforzó en combatir "las visiones particulares de algunos compañeros" sobre una pinza con el PP. Para ello, presentó un informe sobre la actividad parlamentaria y el sentido de las votaciones que los tres diputados han emitido en los primeros meses de la legislatura, así como el contenido de la enmienda a la totalidad a los presupuestos, a su juicio el mejor aval para desmontar la teoría del pacto.

NUEVOS MIEMBROS Negando en todo momento que exista una crisis interna, Escobar también explicó que cuatro de las ocho bajas que se han producido en la Presidencia hace unas semanas --la mayoría ediles y concejales de las grandes ciudades-- ya han sido cubiertas. Las nuevas caras son la alcaldesa de Cabeza La Vara, Rosa Fabián; la edil de IU en Villanueva de La Serena, Encarna Muñoz; un miembro de la organización en la comarca de Llerena, Baltasar Mateos, y una compañera de Torrecilla de la Tiesa, Leonor Jiménez. Según Escobar, los otros cuatro miembros deberán designarlos las agrupaciones locales de Badajoz, Mérida, Cáceres y Plasencia, que todavía no han facilitado ningún nombre. "Los que se marchan han expuesto sus motivos, que han sido aceptados por la Presidencia, pero reitero que ha sido una decisión individual de cada uno", dijo Escobar, que niega así la existencia de un grupo organizado o movimiento interno contra su gestión.

Cabe recordar que los militantes que abandonaron la Presidencia de IU el pasado 28 de noviembre son tres miembros de la asamblea local de Mérida: Miguel Angel Herrera, Alvaro Vázquez y Rafael González; uno de Badajoz, Manuel Sosa, que presentó su dimisión en septiembre pero la aplazó a después de las elecciones del 20-N; Luis Ranilla, de Plasencia; y Margarita González-Jubete, Luis Gibello y Arístides García, de Cáceres. Ayer no quisieron hacer declaraciones.