«Si Extremadura en los próximos 20 años quiere ser una región desarrollada con crecimiento y empleo es muy necesario invertir en la capacidad de la gente». Así lo asegura Jakub Adamowicz, el portavoz de Política Regional en la Comisión Europea, que es el órgano que gestiona los programas operativos comunitarios. En plena evaluación del periodo del programa comunitario 2007-2013 y próximo a iniciarse los pagos del siguiente, 2014-2020, Adamowicz advierte que las necesidades de las regiones en su contexto europeo han cambiado. «La política de inversiones europeas estaba centrada en infraestructuras: en hacer autopistas, hospitales, colegios... Eso ya pasó, ha supuesto un desarrollo muy importante en España y en Extremadura pero hay que cambiar las prioridades. Es necesario invertir en la capacidad de la gente, en innovación, en el sistema universitario,... eso será mas importante que invertir en autopistas», señala. «Si queremos mantener nuestro estilo de vida europeo con sistemas sociales y seguir creciendo tenemos que innovar y adaptarnos a un mundo cada vez más competitivo; en este sentido las políticas de cohesión pueden hacer una presión constructiva en todos los países para hacer las reformas que hemos denominado Estrategia 2020», insiste.

En esa política de cohesión se incluyen los fondos estructurales europeos que son fundamentales para Extremadura y que suponen casi una cuarta parte de los presupuestos regionales.

Consecuencias directas

Por eso, lo que se decide en Bruselas irremediablemente tiene consecuencias directas para la región, más aún teniendo en cuenta que Extremadura es la única comunidad española que sigue siendo Objetivo 1 para Europa o como se denomina ahora: región en desarrollo, puesto que su Producto Interior Bruto (PIB) todavía no alcanza el 75% de la media comunitaria.

Por este nivel de desarrollo inferior, la comunidad tiene una especie de trato especial a la hora del reparto del dinero comunitario. En concreto, tiene un mayor porcentaje de cofinanciación por parte de Europa --del 80% frente al 50% de otras regiones--, es decir, recibe más dinero europeo para diversos programas y además con esos fondos se le permite invertir en capítulos como infraestructuras en los que otras regiones más desarrolladas no pueden destinar ni un euro proveniente de Europa.

Los fondos europeos están principalmente destinados a las políticas de cohesión (aunque también hay otro capítulo de inversiones donde se incluyen las ayudas Feader destinadas a la agricultura y otras a la pesca).

Dentro del capítulo de cohesión llegarán a Extremadura alrededor de 1.500 millones de euros desde Europa hasta el próximo 2020 --la inversión total será de más de 1.900 millones puesto que la administración regional o la estatal están obligadas a cofinanciar parte de los proyectos, en un 20% en el caso de Extremadura y del 50% en otras regiones--. Ese dinero se reparte entre Fondos Feder, que suponen unos 1.000 millones de euros, y el Fondo Social Europeo con el que llega el resto, casi 500 millones.

A su vez, los Feder están formados por cuatro programas operativos: uno propiamente regional que contiene 680 millones europeos y otros tres programas nacionales (para inversiones sostenibles como es el caso de las ayudas Dusi, inteligentes y para pymes) por los que la región recibe en torno a 300 millones.

Nuevo modelo de desarrollo

El programa de 680 millones de euros que gestiona directamente la región está orientado a la Estrategia de Especialización Inteligente, «un ejercicio que hemos hecho en toda Europa para cambiar el modelo de desarrollo económico, es decir, hasta ahora lo que se hacía es ir a buscar las oportunidades fuera y ahora lo que hacemos es que cada región indique en qué es fuerte y ahí consiga encontrar en qué se puede especializar para fomentar su desarrollo», explica.

Por imperativo europeo, cada región debe destinar parte o todos sus fondos del programa regional a cuatro prioridades claves para el desarrollo conjunto del espacio comunitario: I+D+i, TIC, pymes y economía baja en carbono. A estas cuatro áreas deben destinarse la totalidad de los fondos, excepto en Extremadura donde se permite incluir partidas europeas para otras áreas como transportes, infraestructuras o educación «porque aún tiene que hacer otras inversiones para poder converger con Europa».