Japón, China, Unión Europea, México, Australia, Chile...., los derivados del ibérico de Montesano están presentes ya en cuatro continentes. Esta firma cárnica, que cuenta con una industria en la localidad pacense de Jerez de los Caballeros, ha continuado afianzando en los últimos años su vocación exportadora, que le ha llevado a ser la primera empresa española en comercializar jamones y paletas en el mercado chino.

Empezaron a hacerlo en julio del año pasado y ya tienen en cartera una decena de distribuidores que llevan sus productos hasta Cantón, Hong Kong, Shanghái o Pekín, entre otras ciudades del gigante asiático. "Queremos ir poco a poco", subraya Martín García Garzón, presidente del Grupo Montesano. De momento han enviado entre 350 y 400 piezas, siempre deshuesadas o loncheadas --una de las exigencias del Gobierno chino para permitir los envíos--, que luego se comercializan en tiendas delicatesen y en establecimientos de restauración.

El presidente de Montesano reconoce que vender en el mercado chino un alimento como el jamón está resultando muy complicado: "Es algo que no conocen, y allí no están acostumbrados a comer carne cruda. Además, es un producto caro y que hay que enseñar a consumir. Es como cuando tratan de enseñarnos a nosotros a comer con palillos". Por contra, García señala que su venta puede encontrar aliados en la creciente colonia extranjera y en la cada vez mayor proporción de ciudadanos chinos que consiguen alcanzar un poder adquisitivo alto. Por eso, y a pesar de que el ritmo de ventas sea por ahora lento, se muestra convencido de que éstas acabarán por despegar.

Y es que si está siendo complicado comercializar en China, bastante más lo fue el proceso para obtener la autorización, y se acabó consiguiendo. Un lustro casi le llevó a Montesano ser la primera empresa española en realizar envíos a este país. "Nos costó mucho tiempo y trabajo lograrlo", apunta Martín García. Este largo camino pasó por acuerdos entre los respectivos gobiernos que abriesen la puerta a las exportaciones y por cumplir estrictos requisitos en materia burocrática, de sanidad animal o trazabilidad. "Exportar todo el mundo quiere, pero para las importaciones no hay prisas, todo son pegas", resume. Prueba del rigor del proceso es que más de doscientas empresas --trece de ellas extremeñas-- mostraron en un principio interés por estar presentes en el mercado chino, y solo ocho consiguieron pasar el primer corte a mediados del 2008. Todas ellas tuvieron que recibir previamente el visto bueno de funcionarios chinos que visitaron las fábricas. "A nosotros nos felicitaron después de la visita gracias al trabajo de Armando Fallola --entonces gerente de Montesano-- y de nuestra gente de calidad".

En el chino están dando sus primeros pasos, pero en el otro gran mercado asiático, el de Japón, ya han conseguido consolidarse. Allí comenzaron a exportar en el 2000. Comercializan unas mil piezas anuales, también en los canales de restauración y gourmet. Ahora quieren dar el salto a la gran distribución a través de una cadena de supermercados.

Alemania, Francia, Portugal o República Checa son otros de los países a los que se realizan envíos y Suecia, Suiza o Albania están entre sus próximos objetivos. Sin embargo, Jose Manuel Peña Pereira, responsable de exportación de Montesano, explica que, además de China, Brasil es el otro mercado donde se han depositado "mayores expectativas". Consiguieron la autorización en el 2008, pero también allí la burocracia tiene sus peculiaridades. "Una vez que obtienes el permiso, tienes que ir dando de alta luego cada producto concreto: jamón ibérico, si es de bellota, deshuesado...", lo que ha ralentizado el proceso. Finalmente, la primera partida de jamones ibéricos saldrá con destino a Sao Paulo en apenas unas semanas.