Aunque ahora estemos acostumbrados a ver cada semana a nuestros chicos sobre una Yamaha u Honda subir al podio de la categoría de Moto GP, hubo un tiempo en que ni siquiera la marca alada participaba en el mundial. Estamos en 1982 cuando Honda decide regresar al campeonato del mundo tras quince años de ausencia y lo hace de la mano de un casi desconocido en Europa, Freddie Spencer . Entonces la categoría máxima no se llamaba Moto GP, se identificaba simplemente con la cilindrada y la reina del campeonato eran los 500cc. Su primera temporada en la categoría se salda con una impresionan tercera plaza al final del calendario. Pero es al año siguiente cuando se confirma que Freddie había llegado para quedarse en la historia del mundial para siempre.

Gana su primer campeonato y lo hace a lo grande, superando a Kenny Roberts y Randy Mamola que acaban segundo y tercero en el mundial y estableciendo un récord de juventud que acaba de superar solo en parte nuestro Marc Márquez, siendo el piloto más joven en obtener una pole y victoria en la máxima cilindrada.

Todavía mantiene el de ser el campeón del mundo más joven de la categoría. El año 1984 no es un buen año para el americano, que no completa la temporada y regresa en 1985 para convertirse en un mito, adjudicándose el campeonato de 250 y 500cc. en el mismo año. Solo las lesiones pudieron con un piloto que dominó el mundial cuando éste era de absoluto dominio americano, que siguió al dominio italiano y cuyo testigo recogieron los españoles.

Spencer fue uno de los pilotos que rodaron el año pasado en la segunda edición del Jarama Vintage Festival.

Fueron estos pilotos americanos los que nos hicieron vibrar a los cuarentones como Giacomo Agostini lo hizo con los sesentones y cincuentones y como ahora lo podemos hacer con los nuestros. Pero siempre no fue así. Hubo una época lejana en la que no teníamos a Alonso en la fórmula 1, Lorenzo , Pedrosa y Márquez no habían nacido y Freddie Spencer, "Fast Freddie", Randy Mamola , Wayne Gardner y sobre todo Carlos Cardús , el "tiriti", Sito Pons , Alex Crivillé , Luis Pérez Sala , Adrián Campos , Angel Nieto ,... y tantos otros, nos enseñaron a amar este deporte.

FREDDIE SPENCER visitó el año pasado el "Jarama Vintage Festival", una oportunidad única para tomar contacto con la estética de aquellos años, ya sea a través de la colección de vehículos de Vicente Pavía , utilizados en numerosos rodajes como "Amar en tiempos revueltos", "Mortadelo y Filemón",... a través de los autobuses de la empresa municipal de transportes de Madrid, actores representando a "Sor Citröen", cabinas telefónicas como la que encerró para siempre a Jose Luis López Vázquez y que catapultó a Antonio Mercero , entre otras actividades.

Pero sobre todo la posibilidad de compartir espacio con algunas de las máquinas y pilotos que hicieron historia y que poco a poco consiguieron hacerse un hueco en nuestra tele, en nuestras revistas, en las páginas de prensa, en los presupuestos de los patrocinadores y en definitiva abonaron el terreno para que hoy los niños puedan pensar en el motor como un deporte en el que te puedes ganar la vida y que es la base para que después un domingo sí y otro también se nos pongan los pelos de punta al escuchar nuestro himno en los rincones más lejanos como homenaje al piloto subido a lo más alto del podio.

Además de Luis Pérez Sala que saldrá a pista al volante de uno de los Fórmula 1 del Classic Team Lotus, quizá uno de los ex Jim Clark, Angel Nieto o Carlos Cardús , que han confirmado su participación y que rodarán en el Jarama, nuestro Jarama, el circuito madrileño inaugurado en 1967 que dejó de albergar pruebas de fórmula 1 en 1981 porque el tiempo tampoco pasa en balde por él y que a pesar de sus achaques sigue al pie del cañón desde hace cuarenta y seis años y en el que en este fin de semana puedes cruzarte con cualquiera de los artífices de la industria de la competición del motor como industria del entretenimiento y con los que a veces ésta no fue lo suficientemente justa con ellos y no solo no les ha permitido disfrutar de un confort merecido a golpe de huesos rotos y riesgo sino que en la mayoría de los casos ni siquiera haya guardado una foto de ellos con los laureles al cuello, unas líneas en una revista especializada en la que se reconozcan sus méritos o una placa de campeón que lucir en un apartado trastero. Pero su espíritu siempre se pasea por esos paddocks que se llenan de público para homenajear su legado.