Es oficial de segunda de pintura, tiene 36 años y la crisis económica le ha pillado tras veinte años trabajando en el sector hasta el punto de que confiesa que subsiste gracias a que ha vuelto a casa de sus padres. "¿De qué viviría yo si no fuera por mis padres?". Padre separado, el paro se habría acabado ya para este placentino de no ser porque tiene una hija que mantener y esta misma mañana le han sellado el subsidio. "Me dan 410 euros, de los que cien son para la manutención de mi hija, así que he tenido que volver a casa con mis padres, yo que cobraba una nómina de 1.010 euros de pintor". Ayer, en la cola de la oficina del Sexpe, esperaba mejores noticias: "Que me llamen para trabajar en lo que sea" decía mientras aseguraba que "esto es muy triste. Es la segunda vez en mi vida que estoy en el paro, pero la primera fue cuando no tenía más de dieciocho años y no tenía mayores responsabilidades". Mientras tanto, dice estar viendo la posibilidad de irse a trabajar a Guadalajara. "Sería para una empresa que me cogería de lunes a viernes y volvería a casa el fin de semana. Lo que sea por trabajar".