Hay varias motivaciones que pueden llevar a un trabajador a preferir una jornada laboral parcial a una completa. Un empleo por horas puede facilitar, por ejemplo, conciliar la vida profesional con la personal o compaginar la primera de ellas con los estudios. También tener más tiempo libre o cuidar de un familiar dependiente. Sin embargo, ninguna de estas causas es la que los trabajadores a tiempo parcial citan con mayor frecuencia a la hora de explicar su situación. Ni de lejos. Entre todas las posibles motivaciones, más de la mitad de ellos (un 57,3%, según la última Encuesta de Población Activa —EPA—) reconoce que si están trabajando por horas es simple y llanamente porque no han podido encontrar un trabajo a tiempo completo, como sería su deseo.

En Extremadura, la proporción se dispara. De acuerdo a un informe dado a conocer ayer por la firma de recursos humanos Adecco, en la región hay 52.100 personas que trabajan menos horas de las que computan una jornada laboral completa y que, a pesar de querer trabajar más horas, no encuentran dónde hacerlo. Eso supone un 91,1% de los 57.200 ocupados con jornadas parciales que contabiliza la EPA como media de los cuatro trimestres del 2017 en la comunidad autónoma.

De hecho, según el estudio de Adecco, Extremadura es la región donde estos trabajadores representan una mayor porción sobre el total de ocupados. En concreto, son un 14,3%, lo que está más de cuatro puntos por encima de la media española, que es del 10,1%. «El dato positivo es que este porcentaje se ha reducido en el último año 0,7 puntos porcentuales (2.400 personas menos en esta situación)», se resalta en relación al dato extremeño.

Tanto a nivel nacional como autonómico se trata de una problemática que afecta fundamentalmente a mujeres. En el primero de los casos concentran un 73,3% de la suma de las jornadas parciales. En Extremadura, esta proporción aumenta todavía más, hasta alcanzar el 76,9% (44.000 trabajadoras con este tipo de contrato).

Tendencia a la baja

En la actualidad, son 1,9 millones de personas las que quieren trabajar más horas sin encontrar dónde hacerlo. La cifra es sensiblemente superior a la que había antes de la crisis cuando, en el 2007, se contabilizaban 1,5 millones. Sin embargo, también es cierto que, tras tocar techo en el 2013, con 2,6 millones de trabajadores, a partir de ese momento ha ido cayendo, hasta totalizar un 27% de descenso en estos cuatro años (716.200 personas menos).

Entre los posibles factores a los que puede deberse esta reducción, se apunta el que algunos ocupados sí han encontrado dónde trabajar más horas, el que otros ya no quieren o no necesitan ampliar su jornada laboral o «la propia creación de puestos de trabajo de los últimos trimestres, que han sido en su totalidad de jornada completa, según la última EPA».

La proporción que representan los trabajadores disconformes con la duración de su jornada laboral sobre el total de ocupados varía ampliamente entre las distintas comunidades autónomas.

Junto a Extremadura, únicamente hay otras dos regiones donde su peso supera el 13%: Murcia (13,7%); y la Comunidad Valenciana (13,6%). En el extremo contrario, los territorios donde el porcentaje es menor son País Vasco (9%); Baleares (5%); y Cataluña (4,8%).