Docentes, como Juan Lanza, profesor que «habla con naturalidad de su marido» en el aula, o alumnos como Abel Pérez, joven gay que estudió psicología como «autoterapia» para superar el acoso sufrido en el instituto, han compartido experiencias con expertos en unas jornadas «pioneras» sobre ‘bullying’ por LGBTIfobia en centros escolares.

Estas Jornadas de ‘Prevención, detección y abordaje del bullying por LGBTIfobia’ han sido organizadas por la Fundación Triángulo Extremadura en colaboración con las Consejerías de Educación e Igualdad. Celebradas en Mérida, pretenden formar a los profesionales para que los centros educativos se conviertan en espacios seguros para las personas LGBTI.

La educación es la «gran asignatura pendiente» para la inclusión del colectivo LGTBI y en todas las etapas educativas, desde infantil hasta la universidad, «queda mucho por hacer», dijo ayer la presidenta de la Fundación Triángulo Extremadura, Silvia Tostado.

Para Tostado, la formación es la «única vía» para erradicar el ‘bullying’ que sufren «gays, lesbianas y trans, personas que no tienen un expresión de género normativa, o a las que el grupo asigna una orientación sexual sin que ellos la hayan manifestado» a través de violencia y discriminaciones específicas en las aulas.

Para ello, las jornadas han contado con «historias en primera persona», testimonios de jóvenes LGBTI que han compartido sus experiencias durante la etapa educativa como Julia Calatayud, una pacense que se considera lesbiana desde los 14 años y desde entonces ha trabajado en acciones activistas para visibilizar su realidad.

También ha participado en la mesa de experiencias, Abel Pérez, un joven gay de Barcarrota (Badajoz) que «tras salir del armario» se marchó de su pueblo para vivir en la ciudad donde estudió psicología, una carrera que le sirvió como «autoterapia para superar experiencias negativas». Ambos recuerdan el instituto como una «dura» etapa en la que recibieron insultos, comentarios y miradas por parte de sus compañeros, reconocen haberse sentido culpables porque les hicieron creer que hacían algo malo y los docentes, conocedores de la situación, no hicieron nada, aseguran.

No obstante, la educación es la «piedra angular» de la transformación de la sociedad y hay centros educativos que «están haciendo las cosas muy bien en nuestra región con un profesorado implicado en abordar la diversidad», resaltó Tostado. El IES Carolina Coronado de Badajoz trabaja en buenas prácticas contra el acoso por LGTBIfobia desde hace seis años porque «nos dimos cuenta que había una dicotomía entre lo que se hablaba en la sociedad en cuanto a igualdad y lo que los alumnos entendían», explicó el educador social del centro, Valentín Iglesias.H