--Este es su tercer mandato al frente de un sindicato en el que está desde sus inicios. ¿Cómo fueron sus comienzos?

--En el 84, dentro del profesorado había cierta inquietud y creamos una asociación de profesores de Bachillerato, para luego unirnos a otras asociaciones y crear una a nivel nacional. En el 86 hubo un reagrupamiento bajo las siglas de CSIF, entonces en Extremadura éramos cien compañeros, algunos siguen y otros lo han dejado. En el 87 fui elegido presidente provincial en Cáceres y en el 96 me presenté por primera vez a presidente autonómico.

--¿Y piensa repetir?

--No, no debería. Creo que ya he hecho lo suficiente en la vida sindical y hay que dejar paso a otra gente que coja las riendas. Hay que renovarse y debe venir gente joven.

--Partieron de poco frente a otros sindicatos ya consolidados, pero han llegado a ser la organización más fuerte entre el funcionariado...

--Hoy tenemos 10.000 afiliados. Somos el primer sindicato en la Junta y tenemos un importante peso en todos los centros grandes de la administración. En cuanto a los centros de trabajo en municipios pequeños, desgraciadamente en el 2004 el trabajador, incluso el trabajador público que no tiene un contrato fijo, no es libre, o no se siente libre para votar, para decidir. En los pueblos pequeños hay una presión muy grande de los alcaldes. Y me da pena, después de un periplo de luchar por la libertad, por Extremadura y porque las condiciones de trabajo sean las mejores, que algunos te digan que no se pueden presentar por una candidatura porque se están jugando el puesto de trabajo.

--¿Cuáles son los sectores en los que más les cuesta más entrar?

--Los más difíciles para nosotros son los laborales de la Administración local, principalmente de ayuntamientos pequeños. Para corregir eso en esta legislatura uno de nuestros objetivos fundamentales es la comarcalización. Acercar el sindicato a los trabajadores, que lo vean cerca. Tener sedes en las ocho comarcas que estén abiertas, dotadas con recursos humanos y que se puedan visitar constantemente. Otro campo en el que queremos que nos conozcan y que los trabajadores tengan otras opciones que poder elegir es en los sectores de la privada. Estamos bastante bien en hostelería, comercio, despachos... pero hay campos como el de las empresas pequeñas a donde es difícil llegar.

--¿Ha cambiado mucho el sindicalismo desde sus inicios?

--Ha cambiado mucho y para bien. El empresario ya no es el enemigo, es el que pone el dinero y la persona con la que tengo que llevarme bien, con la que hay que dialogar. Creo que ese concepto hoy está superado totalmente. Las relaciones laborales han cambiado radicalmente, el sindicalismo debe basarse en el diálogo. Vale más un mal acuerdo que una buena huelga.

--¿Atraviesan un mal momento los sindicatos extremeños?

--La gente cree poco en los sindicatos, pero la filiación aumenta, depende de los servicios que se presten y es que la única garantía que tiene el empleado para poder defenderse ante el poder somos los sindicatos.

--Como sindicato mayoritario en la Administración regional, ¿qué opinan de la polémica surgida con las oposiciones del 112?

--Los primeros que lo denunciamos a la Junta fuimos nosotros. Creo, lo digo con total sinceridad, que se está levantando demasiada polvareda con todo lo del 112. En principio hay que mejorar el funcionamiento de los tribunales para que haya trasparencia y honestidad, es cierto que ha existido un error, pero la sensación que se intenta dar de que esto es una merienda de no sé qué no es justa, sólo servirá para perjudicar.