--¿Cree que el apoyo expreso al proyecto desde el ámbito político puede haber inducido precisamente a la politización de este asunto y quizá a generar tensiones añadidas?

--No voy a contestar, no puedo contestar. Creo que no ayuda la politización, y lo único que digo es que la politización de un proyecto empresarial nunca puede ser buena.

--¿Es viable cambiar la ubicación de la refinería?

--Nosotros tenemos un estudio de ubicación, y el sitio no ha sido elegido al azar. Hemos analizado varios sitios y cuando se elige éste es porque consideramos que es uno de los más idóneos. Hay otra cuestión que me gustaría aclarar. Se está diciendo que la refinería está en el corazón de Tierra de Barros y eso es una gran mentira, porque esta fuera, en la comarca Zafra-Río Bodión. Así que no hay razón para decir que perjudica la imagen de los vinos, porque no está allí. Además, hay zonas de denominación de origen muy importantes con refinería tan o más cerca que la de aquí. Alguien ha cogido ese discurso porque le interesa, unos desde el punto de vista político y otros desde el punto de vista económico, y se están utilizando argumentos que no son reales.

--¿Pero existen o no existen alternativas?

--En este momento no contemplamos cambiar de ubicación. Hay que tener en cuenta que esta planta se diseña con tecnología del siglo XXI, y no se puede comparar con las que hay. Sabemos que no perjudica a la agricultura de la zona. En todo caso, y como adquirimos el compromiso, se está realizando un estudio, donde interviene gente muy seria, y creo que pondrá de manifiesto lo que digo. Si no fuese así, si el estudio determinase que perjudica, mire usted, nosotros no venimos a perjudicar a nadie, pero como estamos convencidos de que esto es así no contemplamos movernos. En cuanto a alternativas, hay tres zonas óptimas, muy pocas, y ésta es el que más al sur está. Cuanto más al norte te vayas más perjudicas.

--¿Temen la competencia que puede suponer la ampliación de la refinería de Cepsa en Huelva o la planta que proyecta Repsol en Marruecos?

--Hay una cosa que me llama mucho la atención. Cuando empezamos a hablar de este proyecto se nos tachó de iluminados porque decían que nadie del sector se planteaba invertir, con lo que hacer una refinería era un disparate, porque si fuese bueno la gente del sector lo haría. Ahora todo ha cambiado, se reconoce en estudios que hay un déficit de refino, cosa que ya sabíamos, y que es una de las causas del incremento de precios de los carburantes. España tiene un déficit de 20 millones de toneladas. Suponiendo que la refinería de Marruecos se dedique a cubrir ese déficit, y debe ser una planta pequeña por la inversión que se maneja, y también la de Huelva, que es muy curioso porque el ecologista de Huelva que nos ataca dice que es un disparate hacer una refinería en Extremadura, que lo que hay que hacer es ampliar la de Huelva, pero ¿tú estás en contra o a favor? Eso es un pecado desde el punto de vista ecologista, potenciar refinerías antiguas y contaminantes, cuando lo que habría que hacer es decirle a la gente que tiene refino que invirtiese en instalaciones como las nuestras. No sé, imagino que tendrán sus razones.

--En cuanto al empleo, se habla siempre de 3.000 puestos entre directos e indirectos ¿Por qué no se aclara cuántos son directos y cuántos indirectos?

--La explicación es sencilla. Pondré un ejemplo: hace poco hemos comprado tres siderúrgicas, dos en el País Vasco y una en Madrid. Esta última, que está en Getafe, produce prácticamente lo mismo que la de Jerez, pero en Jerez hay 500 personas y en Madrid 200. ¿Por qué? Entre otras razones, porque en Madrid hay empresas de servicios que hacen lo que nosotros en Siderúrgica Balboa hacemos dentro, porque no tenemos empresas de servicios externas. Entonces, la refinería tendrá más o menos trabajadores en función de las empresas que estén en la zona y que sean capaces de prestar una serie de servicios que las empresas grandes los tienen subcontratados. Cuando eso no existe, la empresa debe crear esos servicios, que podrían incluso duplicar la plantilla de la idónea.

--¿Cuántos trabajadores tendría que tener entonces sólo la refinería?

-- Si se analiza lo que debe ser una planta de esas características debería estar alrededor de 600 o 700 personas de empleo directo. Pero, ¿quién va a dar los servicios? Si somos nosotros, habría más plantilla, y por eso ahora no se puede desglosar en directo e indirecto. Mi sensación es que por la estructura de empresas de servicios a la industria que hay aquí vamos a tener que asumir mucho más de lo que sería razonable en un principio.

--¿A qué se debe el incremento en la inversión anunciada, que pasó de 900 millones a 1.200, luego a 1.500 y ahora se habla ya de 1.800?

--Nosotros nunca hemos hablado de 900 millones. Esa cifra se basa en un documento que nosotros no dimos. En todo caso, el incremento de 1.200 a 1.800, que tampoco es el resultado final, se debe a que cuantificamos la inversión en función a un diseño y unos costes que hicieron nuestros técnicos, incluso manejando la información sobre inversiones de la refinería de Alejandría. Sin embargo, las ingenierías cuando han entrado a calcular nos han corregido las inversiones. De cualquier modo, la cifra no estará cerrada hasta que se hable con quienes van a suministrar los equipos.

--¿Tiene sensación de vértigo ante el volumen de la inversión y el hecho de que si fracasa el proyecto puede arrastrar al resto del Grupo Gallardo?

--No, en ningún caso se arrastraría al Grupo. Trabajamos para que el proyecto no fracase, pero aunque hubiese un desastre, no afectaría al Grupo, de ningún modo.