Fue declarado "no apto" para alumno de la Guardia Civil por padecer unos tics, pero la justicia lo ha considerado improcedente. Matías E. A. fue dado de baja en el Centro de Formación de la Guardia Civil, tras haber superado las pruebas y haber sido nombrado Guardia Civil alumno, "al entender que padece una serie de movimientos involuntarios encuadrables en las causas de exclusiones por motivos neurológicos".

Pero él no lo aceptó. Recurrió ante la justicia la resolución de la Subsecretaría del Ministerio de Defensa de 16 de octubre del 2008 acordado su baja, y la Sala de lo Contencioso-Administrativo del TSJEx le ha dado la razón. Ha estimado su recurso por entender que los tics "no son movimientos involuntarios que puedan tacharse de enfermedad neurológica" y, en consecuencia, "no interfieren en el desempeño de la función profesional".