El Juzgado de Instrucción número 1 de Navalmoral de la Mata (Cáceres) ha acogido la vista oral del juicio contra 18 activistas de Greenpeace acusados de una falta de coacciones por la protesta que desarrollaron el 24 de mayo a las puertas de la Central Nuclear de Almaraz (Cáceres). Los activistas, según explica a la agencia a Efe el responsable de la campaña antinuclear de Greenpeace, Carlos Bravo, están acusados de coacciones y de provocar pérdidas económicas a la planta, al bloquear la entrada principal de la instalación, en la que estuvieron encadenados varios ecologistas. Por su parte, el abogado de Greenpeace solicita la libre absolución de los activistas porque actuaron de forma pacífica y no impidieron la actividad de la planta.De hecho, Bravo resalta las contradicciones en la vista del responsable de Seguridad de la central, Domingo Martín, respecto al número de puertas de la planta. Martín, según Bravo, ha dicho primero que sólo existe la puerta principal y, más tarde, que hay otros dos accesos más, después de que Greenpeace haya argumentado que la Guardia Civil entró en la central por un lugar distinto al que estaban encadenados los ecologistas. La Fiscalía ha manifestado en la vista, según la versión de Greenpeace, que la declaración del responsable de Seguridad ha sido "sospechosa".