--Más de 110.000 parados, 22.000 sin prestaciones, 48.000 trabajadores esperando su actualización salarial. Esto no ocurre de un día para otro, ¿por qué es ahora cuando hay que salir contra la crisis?

--Creemos que es oportuno y necesario. Oportuno porque hay una gran movilización en Madrid, el 12 de diciembre, y pensamos que es oportuno acercarlo a Extremadura.

--¿No hay cierto afán de protagonismo o de distanciarse de UGT?

--No, lógicamente le trasladamos a UGT nuestra iniciativa y ellos decidieron no acompañarnos, algo que no menoscaba ni pone en tela de juicio la unidad de acción, ni la colaboración entre ambas organizaciones. Si protagonismo es, por parte de CCOO, el encabezar, responder a la necesidad de que los trabajadores de Extremadura que son los principales paganos de la crisis, por el desempleo, por la economía sumergida, bienvenido sea. Para eso estamos, para encabezar las inquietudes, la problemática de los trabajadores, y por eso entendemos que es una necesidad.

--¿Puede ser un entrenamiento para la huelga general?

--Bueno, estamos en un conflicto, entre el valor del capital y los sectores económicos y el sector del trabajo. Este conflicto necesita una acumulación de fuerzas para ganar en el conflicto o al menos no perderlo. Si esto es un entrenamiento para estar fuertes y firmes en ese conflicto, pues depende de lo que este nos vaya deparando.

--¿Usted no descarta el paro?

--No descarto ninguna acción y sí es cierto que CCOO va a estar en contra de que la crisis produzca un recorte de derechos para los trabajadores.

--¿Ahora mismo sería favorable a ir a la huelga general?

--Precisamente por el proceso de acumulación de fuerzas en el que estamos, creo que hay suficientes expectativas para abrir un proceso de diálogo social, pero en el que no se identifique reformas estructurales con recortes de derechos o recorte en gasto público con disminución de prestaciones social, por ejemplo.

--Vamos, que no lo llamen reforma laboral si quieren decir abaratamiento del despido.

--Sí, yo coincido con Cándido Méndez, que hizo una reflexión en ese sentido tomándolo un poco con humor. Lo que me preocupa es que detrás de ese planteamiento hay unos intereses muy claros: aprovechar la crisis, la desesperación en muchos casos de los trabajadores y los desempleados para introducir ese mensaje poco a poco e irlos dividiendo.

--¿Está el empresariado extremeño también en esa línea?

--Yo prefiero hablar de empresas, que no tienen corazón, sino intereses y, por tanto, da igual donde se ubiquen.

--¿Entonces se ponen en peligro las relaciones, hasta ahora cordiales, que mantienen con la patronal en la región?

--Sí, las relaciones son cordiales, lo que no quiere decir que no tengamos intereses diferentes. Soy un firme defensor del diálogo social, pero ello no quiere decir que CCOO abandere un planteamiento que intente frenar los ataques que se están haciendo a los valores del trabajo.

--¿Se hubiera producido ya la huelga general con un Gobierno del Partido Popular?

--Si el Gobierno del PP hubiera actuado en los mismos términos que el actual, es decir, sin plantearse para nada recortes sociales, no. Hay que recordar que las cinco huelgas generales que ha habido en España convocadas por CCOO han sido para intentar evitar recortes de derechos.