La Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Extremadura en Cáceres acoge hoy y mañana el simposio Memoria, víctimas y fosas comunes: consecuencias de un pasado trágico en la España actual . Organizadas por el Proyecto para la Recuperación de la Memoria Histórica en Extremadura, estas jornadas pretende profundizar en la situación, los avances y los problemas de las investigaciones realizadas en los últimos años para aclarar qué ocurrió con los miles de represaliados por el bando franquista durante la Guerra Civil y las cuatro posteriores décadas de dictadura. El historiador Julián Chaves dirige el simposio, que comienza con una conferencia del magistrado de la Audiencia Nacional Ricardo de Prada Solaesa, una ponencia sobre Europa del Este en tiempos de transición y la presentación de un libro y un documental sobre la Guerra Civil en Extremadura.

--¿A qué consecuencias se refieren en el título del simposio? --La Guerra Civil es una cuestión que, pese a que han transcurrido 40 años, no está cerrada. En la transición política, por mor de la reconciliación, no se afrontó la situación de los vencidos. Aquello se cerró en falso. Hoy, las reivindicaciones de tantas y tantas personas que buscan a sus desaparecidos no pueden ser obviadas. Deben ser tratadas por iniciativas legales, como la cuestionada Ley de Memoria Histórica. Y por eso actualmente rebrota la polémica, porque no se afrontó como se debería haber hecho.

--¿Quiere decir que la Ley de Amnistía fue un error o que, al menos, hoy habría que revisarla? --Es un asunto que deben tratar los especialistas en Derecho. La ley pretendía borrar lo ocurrido y que no se pudiera enjuiciar nada. En aquel contexto --en la transición-- se entendía, pero en pleno siglo XXI es, cuanto menos, cuestionable.

--Hace 70 años que terminó la Guerra Civil. ¿Con qué problemas se encuentra hoy el investigador para rescatar aquellos hechos y sus datos? --En materia de archivos se ha avanzado mucho. Aún quedan fondos documentales pendientes, como los repertorios militares, no sobre operaciones militares, pero sí de causas y consejos de guerra. Poco a poco se va viendo luz y muchos de esos archivos cada vez están mejor dotados y en proceso de digitalización. Además, es urgente llevar a cabo un proceso de recogida de testimonios de testigos de aquellos años, porque hemos podido comprobar que no existe ningún tipo de nota registral de muchas de las víctimas de la represión. Por tanto, solo a través de estos testimonios podremos acceder a esa información.

Otra cuestión que no nos permite demora es la situación de las fosas comunes, porque hay que dar respuesta a tantas personas que demandan información sobre familiares desaparecidos.

--¿La ley de Memoria Histórica, que lleva en vigor 3 años, ha servido realmente para avanzar en la investigación de lo ocurrido? --La aplicación de esta ley se está llevando de forma lenta y muy ralentizada. Es ahora cuando se están desarrollando los reglamentos.

--En el libro que presentarán durante el simposio, bajo el título ´Memoria e investigación en torno al 70 aniversario del final de la Guerra Civil´, usted subraya que las organizaciones de la Memoria Histórica "no piden venganza, si no justicia y reparación para los familiares". ¿No tener claro esto constituye el origen del rechazo al trabajo que vienen desarrollando asociaciones, familiares, historiadores e investigadores? --Las reticencias de las personas que no creen en esto y que se muestran reacios a ver una visión ajena a sus intereses espúreos o políticos son, hasta cierto punto, comprensibles, aunque no asumibles. Creo que se están dando pasos en la buena dirección. Pese a que la Guerra Civil acabó hace 70 años, sigue levantando ampollas. Solo con un proceso histórico adecuado, bien vertebrado y buscando la verdad frente a los intereses ajenos a la ciencia histórica, se encontrará el camino y se allanarán esos resentimientos.

--A ustedes, los investigadores, les han acusado de parcialidad y de tergiversar interesadamente los hechos, de ahondar en la brecha entre los bandos. Se ha puesto en duda su profesionalidad y su trabajo. --La historia hay que darla a conocer con todas sus luces y todas sus sombras. Esto conlleva que para algunos sea de sobrado lo que leen y que a otros les disguste. A mí me gustaría que nuestra labor se respetara más.

--Garzón primero se declaró competente para investigar lo ocurrido y después se inhibió en favor de los tribunales territoriales. ¿Aquel auto del juez sirvió para algo? --Creo que dio un impulso al proceso. Muchas personas reacias a ponerse en contacto con nosotros, a darnos cuenta de ese familiar desaparecido, se animaron a hacerlo y aportaron luz sobre muchas víctimas que entonces estaban sin identificar. Ese efecto lo tuvo, el efecto llamada y el efecto respuesta de muchos familiares.

--¿Y en la apertura de fosas? --También, porque muchas familias contactaron con nosotros para informarnos de dónde creen que pueden estar los restos de sus familiares desaparecidos.

--¿Cuál es su opinión sobre el proceso abierto en el Supremo contra Garzón por tratar de investigar estos hechos? --Simplemente me parece que es el mundo al revés.