El historiador extremeño Julián Chaves será uno de los catorce expertos que en los próximos meses asesorarán a la comisión técnica que tendrá que decidir qué símbolos franquistas son retirados de los edificios pertenecientes a la Administración del Estado y cuáles no, tal y como establece la Ley de memoria histórica. La comisión valorará si los símbolos deben mantenerse por razones técnicas de conservación del edificio o si tienen un significado histórico o un valor artístico o religioso por el que deben ser mantenidos.

--¿En qué va a consistir su trabajo de asesoramiento?

--Se trata de una comisión de expertos a los que podrá recurrir el Ministerio de Cultura a la hora de decidir qué símbolos franquistas, es decir, relacionados con la guerra civil y la dictadura, son susceptibles de ser retirados de edificios públicos, tal y como establece la Ley de la memoria histórica. A nosotros, como conocedores de la materia, se nos consultará sobre aquella simbología que pueda ser motivo de controversia y que habrá que estudiar si es modificada o no. En definitiva, el fin de la comisión es la valoración, previa solicitud del órgano competente, de la concurrencia de todos o de algunos de los aspectos que estable la ley para poder mantener estos símbolos.

--¿Y cuáles son los principales criterios que se emplearán para decidir qué símbolos se indultan y cuáles no?

--Ahora mismo no sabemos a ciencia cierta qué criterios primarán a la hora de tomar una decisión u otra, entre otras cosas porque la comisión está formada pero aún no se ha reunido.

--¿Cree que la retirada de estos símbolos puede provocar algún tipo de tensión?

--Soy consciente de que este tipo de cuestiones vienen siempre acompañadas por la polémica. En cualquier caso, si bien la memoria no es única y cada cual tiene derecho a su propia memoria, no es menos cierto que en los sistemas democráticos como el existente en la España actual, esa memoria debe ser lo más objetiva posible y acorde con el sistema de libertades imperante.

--Imagino que alcanzar esa objetividad de la que habla no será tarea fácil.

--En efecto. Hay que contrastar y luego, por su puesto, hacer cumplir la ley, pero no con imposiciones, sino con acuerdos, descartando la intransigencia.

--¿Y hasta dónde se va a llegar en la retirada de estos símbolos?, porque el grado de vinculación al franquismo puede ser muy variable.

--Es difícil determinar el grado de profundidad que se va a establecer a la hora de afrontar el tema de la simbología franquista. No solo por las dudas que se puedan generar, sino también por la animadversión que un sector de la población puede mostrar. Por tanto, se debe ser prudente pero no por ello perder la diligencia que exige el cumplimiento de la ley.

--En Extremadura, ¿subsisten aún muchos símbolos franquistas?

--En Extremadura todavía perviven diferentes símbolos de este tipo que deberán ser objeto de análisis y de estudio pormenorizado por parte de la comisión.

--Hay gente para la que es poco equidistante que solo se estén retirando los símbolos vinculados a uno de los bandos...

--Hay que ser conscientes de que en una sociedad democrática y plural existen diversas interpretaciones de la historia y, si algo sobra, es la imposición, como sucedió en la etapa franquista, pero en lo que son los edificios y espacios públicos debe haber una memoria de valores democráticos.