Siguen los pasos hacia esa nueva normalidad. La Junta de Extremadura ha remitido este mismo martes al Ministerio de Sanidad la petición para que Cáceres y Badajoz pasen a la fase 2 del plan de desescalada el próximo lunes, 25 de mayo. El Ejecutivo espera que ambas provincias vuelvan a avanzar juntas, pero el consejero de Sanidad y Servicios Sociales, José María Vergeles, advierte que cada vez el tránsito será más complicado porque los requisitos son más exigentes. Tras remitir el informe por la tarde, la Junta espera que entre hoy se analice en Madrid para obtener una respuesta el viernes.

Con los datos de evolución de la pandemia en una tendencia claramente en descenso, Extremadura se apoya en su extensa red de Atención Primaria, «que se ha reforzado», para solicitar el cambio de fase y ampliar las medidas de alivo. Así, para la detección precoz de casos y brotes a la mayor brevedad, la región se ha dividido en 113 zonas de salud (53 en la provincia de Cáceres y 60 en la de Badajoz) por las que se distribuyen un total de 415 consultorios locales (246 en Cáceres y 169 en Badajoz). A ello se suma que la media de tarjetas sanitarias por facultativo no pasa de 989 en la provincia cacereña y de 1.249 en la pacense, «dos de las cifras más bajas en media de tarjetas», según Vergeles.

Más pruebas

En esta fase 2, la región aumentará además su capacidad para realizar pruebas PCR, que pasará de las 1.600 actuales a 4.000 gracias a los dos robots que se han incorporado a las áreas de salud de Cáceres y Badajoz.

Y para la localización y aislamiento de los contactos de los casos positivos, a diferencia de otras comunidades que han tenido que incorporar «rastreadores», la región tiene una red de salud pública conformada por 71 farmacéuticos y 96 veterinarios en Cáceres, y 124 veterinarios y 69 farmacéuticos en la de Badajoz.