El Consejo de Gobierno autorizó ayer la firma del convenio mediante el que las diputaciones provinciales de Badajoz y de Cáceres ceden a la Junta de Extremadura la gestión y administración del hospital psiquiátrico Adolfo Díaz Ambrona de Mérida y el Complejo Sanitario Provincial de Plasencia.

Este acuerdo tiene carácter temporal y tendrá vigor desde la fecha de su firma hasta que se produzca el traspaso de los servicios, instalaciones y recursos humanos de ambos centros a la Administración autonómica, prevista para el año 2008, según precisa la reseña del Consejo.

Desde la entrada en vigor de este convenio, el Servicio Extremeño de Salud (SES) asumirá la gestión de ambos centros, para que en ellos se sigan prestando los servicios psiquiátricos y de salud mental que vienen realizando hasta ahora, así como la administración de los recursos materiales de ambos hospitales.

Así, las unidades administrativas de los dos centros quedarán adscritas a las gerencias de las Areas de Salud del SES en Mérida y Plasencia. Esta cesión de uso permitirá también al SES realizar obras de mejora y mantenimiento en sus instalaciones.

TRASPASO POLEMICO La transferencia de la gestión de estos centros es una antigua demanda de sus trabajadores, que llevaron a cabo una de sus últimas protestas en Mérida, el pasado mes de marzo. Ya en el 2003 la Junta anunció su intención de integrarlo en el SES al año siguiente. Sin embargo, la propuesta no se materializó y el consejero de Sanidad, Guillermo Fernández Vara, declaró que el SES no se haría cargo de los psiquiátricos hasta este año, algo que finalmente se hará realidad en el 2007.

Esta demora ha servido al Partido Popular para poner en tela de juicio la diligencia del Ejecutivo extremeño en esta materia. De hecho, el principal partido de la oposición ha denunciado reiteradamente a la Junta en la Asamblea por "no asumir la gestión de estos centros", algo que, en su opinión, ha perjudicado las inversiones de las diputaciones en los municipios. El anuncio de ayer del Consejo de Gobierno pone presumiblemente punto final a esta polémica.