La Consejería de Sanidad y Políticas Sociales va a reconvertir dos de los nueve pisos tutelados de menores en hogares autónomos, es decir, viviendas destinadas a los chicos pertenecientes al sistema de protección que han cumplido 18 años y que aún no cuentan con medios suficientes para independizarse y vivir solos.

El objetivo, según explican desde la Consejería de Sanidad y Políticas Sociales, es contar con nuevos recursos para dar respuesta a las necesidades de estos jóvenes. Los dos nuevos pisos se ubicarán en Mérida y Cáceres y vendrán a sustituir a otros dos hogares de menores que se quedaron vacíos en enero, uno de ellos en Calamonte (que se traslada ya bajo esta nueva modalidad a la capital autonómica) y el otro en la misma ciudad de Cáceres.

Los dos hogares serán reorientados para pasar a ser pisos de inserción sociolaboral de nivel tres, es decir, destinados a mayores de 18 años sin recursos hasta que encuentren empleo. Los hogares van a salir a licitación pública. Antes de ser rehabilitados, los pisos que se van a reconvertir acogían a menores que habían pertenecido al sistema de protección de medidas judiciales pero que ya habían cumplido los 18 años. No obstante, «todos han recibido una alternativa dentro o fuera del sistema» y se han marchado tras confirmar los técnicos que contaban con medios para ser independientes, según afirma la Consejería de Sanidad y Políticas Sociales.

Así, desde el departamento que dirige José María Vergeles insisten en que «nunca se ha pensado en cerrar hogares», sino que lo que se hace es un cambio de modalidad para poder dotar al sistema de protección de menores de nuevos recursos y «atender a jóvenes que han pertenecido al sistema de protección y que necesiten seguir con ayudas hasta ser autónomos».

Actualmente, los hogares destinados a menores son nueve y ofrecen un total de 54 plazas en Mérida, Montijo, Almendralejo, Cáceres, Malpartida de Cáceres y Badajoz, a los que se suman los ocho centros de menores con los que cuenta la región. En estos pisos se acoge a niños cuya tutela se ha otorgado a la Junta de Extremadura por decisión judicial. No obstante, estos pisos son semiautónomos, no solo se destinan a los menores, sino también a adolescentes y mayores de 18 años, pues a pesar de ser mayores de edad, en algunos casos necesitan ayuda para poder independizarse. Reciben, por tanto, apoyo y asesoramiento técnico de profesionales.

Una vez los jóvenes están preparados para la vida adulta se les orienta en la búsqueda de recursos propios, empleo e incluso la tramitación de la renta básica.