El Gobierno extremeño y los empresarios de las estaciones de servicio tradicionales en la comunidad han acordado llevar a cabo reuniones trimestrales para analizar cómo afecta al sector la llegada de las denominadas gasolineras "low cost" o de bajo coste.

Unas gasolineras "low cost" que son "desatendidas" -es decir, sin personal- y venden el carburante a precios más bajos, lo que podría ser la "puntilla" para el sector tradicional, muy afectado por la actual crisis económica.

El presidente de la Asociación de Estaciones de Servicio de Extremadura (Aresex), Casto Bravo, se ha expresado de esta forma en declaraciones a Efe.

La asociación se ha reunido con la dirección general de Industria del Ejecutivo extremeño para abordar, entre otros asuntos, la llegada de estas "low cost".

En la actualidad, habría ya al menos 4 en construcción en la provincia de Cáceres y 3 en la pacense, aunque según Casto Bravo la llegada de este tipo de gasolineras irá paulatinamente en aumento en la comunidad.

La nueva Ley de Emprendedores estatal autoriza poder instalar este tipo de gasolineras desatendidas, "low cost", que venden los carburantes a menor precio al poder instalar sus infraestructuras "a bajo coste".

El máximo responsable de Aresex entiende que la Ley de Emprendedores es nacional y, por tanto, desde la comunidad no se puede evitar la llegada de esas infraestructuras; pero al menos se pide que estén "atentos".

No en vano, el sector considera que el Gobierno central, con la Ley, ha invadido normas urbanísticas competencia de la comunidad o los Ayuntamientos; y por ello se pide al Ejecutivo extremeño que controle bien estas infraestructuras.

Estas infraestructuras "low cost" pueden trabajar con un aparato multifunción con un tanque "partido", destinado a gasóleo A y B, y a gasolina, y a través de una tarjeta se reposta el carburante; una instalación que puede ubicarse en cualquier lugar.

Bravo considera que la llegada de estas gasolineras "low cost" repercutirá "gravemente" en el empleo, no solo porque no necesiten empleados, sino porque llevarán al cierre a las tradicionales, las cuales sí tienen plantilla de trabajadores, que se irían así "a la calle".

Ha indicado que la llegada de estas gasolineras ha sido la "puntilla" en este año para un sector que ha reducido sus ventas de forma importante debido a la crisis económica y a la competencia de las cooperativas.

Como recuerda Bravo, las gasolineras extremeñas ya tienen el problema de la competencia de las cooperativas, que venden el carburante también a precios más bajos, restando negocio a las estaciones de servicio tradicionales de los pueblos.

Por este motivo, en las reuniones trimestrales también se pretende analizar cómo afecta esta competencia de las cooperativas a las ventas del sector tradicional.