La Junta ha presentado al Ministerio de Fomento una nueva propuesta para mejorar el ferrocarril convencional, en la que el Gobierno regional cede en sus pretensiones iniciales de soportar parte del déficit, siempre que las vías, trenes y horarios fueran los adecuados.

Así lo anunció el consejero de Vivienda, Urbanismo y Transportes, Javier Corominas, en una entrevista con Efe, durante la que explicó que la Junta propone firmar convenios "blandos", que incluirían vehículos y horarios nuevos, ya que "nos consta que los proyectos para el arreglo de vías están hechos y algunos en contratación". Además de vías que permitan velocidades de 120 kilómetros por hora, la Junta apuesta por una red de viajeros en forma de cruz, cuyo brazo vertical uniría Cáceres, Mérida, Don Benito, Villafranca de los Barros y Zafra con extensiones a Valencia de Alcántara, Plasencia y Navalmoral de la Mata. En sentido horizontal, la red conectaría Badajoz, Mérida, Don Benito y Villanueva de la Serena con ramales hasta Llerena-Sevilla y Cabeza del Buey.

Las mejoras de la red ferroviaria de Extremadura deberían asimismo, según Corominas, centrarse en el establecimiento de horarios acordes con las necesidades comerciales, administrativas y sanitarias de los extremeños.

El cambio de postura del Ejecutivo regional puede romper una situación de enfrentamiento que ya dura ocho años, desde que en 1995 la Junta decidiese dejar de pagar el convenio con Renfe para el mantenimiento de líneas, alegando que esos fondos no repercutían en inversiones en la red.

A partir de ese momento se sucedieron las amenazas de cierre de líneas por parte de la operadora, y, a finales de los 90, el Ejecutivo regional propuso una inversión a tres bandas (Junta, ministerio y Renfe) de 120 millones de euros para mejorar el tren en cinco años. Posteriormente, Fomento inició la reparación de la línea Badajoz-Aljucén, con un presupuesto de 48 millones de euros, por lo que el Gobierno extremeño rebajó la inversión tripartita a 72 millones de euros.