Ni manifiesta su predilección por uno de los trazados ni expresa claramente si le parece correcto que sean las regiones de Extremadura y Castilla-La Mancha las que se pongan de acuerdo o si la decisión la debe tomar directamente el Estado. La Junta no quiere mojarse sobre el futuro de la Autovía del Levante desde Mérida, la llamada A-43.

La portavoz del Gobierno, Isabel Gil Rosiña, habló ayer de este asunto pero sin concreciones. «No nos vamos a posicionar ni por el A ni por el B. Se dialogará con el Ministerio de Fomento para acelerar todas las infraestructuras pendientes», resolvió.

Evitar polémica

El proyecto de la Autovía del Levante divide a la provincia de Badajoz y desde el Ejecutivo extremeño no pretenden crear polémica justo en este momento, a las puertas de la repetición de las elecciones generales el 10 de noviembre.

Lo cierto es que por una parte está la comarca de La Siberia, que defiende el trazado norte como el más lógico, que consistiría en el desdoble de la actual N-430, que va de Mérida a Ciudad Real (unos 200 kilómetros); y por otra parte aparece la visión y la reivindicación de La Serena y Vegas Altas, que apuestan por la alternativa sur, una opción a la que también se une Castilla-La Mancha (esta comunidad sí ha expresado su preferencia). Este recorrido iría por las localidades manchegas de Almadén y Puertollano.

Hay una tercera opción que planteó el pasado lunes el PP: construir los dos trazados (hacer la llamada ‘Y’) para contentar a ambas zonas que sufren el aislamiento y la despoblación y la falta de desarrollo industrial. Obviamente el handicap es la elevada inversión que necesitaría el proyecto.

Más opiniones

¿Qué opinan los demás partidos políticos con representación en Extremadura? En Ciudadanos apoyan la alternativa norte. Y Unidas por Extremadura dice que lo que la región necesita es «un mapa de movilidad para saber cómo vertebrar el territorio y evitar así que los proyectos vayan surgiendo como parches».

Eso sí, todos los grupos parlamentarios coinciden en que esta infraestructura no debe usarse para enfrentar a ambas comarcas implicadas.

Lo positivo es que después de años de abandono y de aguardar en el cajón del olvido, esta infraestructura vuelve a estar en el punto de mira.

La carretera N-430, que une Extremadura y La Mancha, es la tercera más peligrosa de España. Diariamente transitan cientos de vehículos pesados y en época de recogida del tomate, por ejemplo, circulan más de un millar de camiones cada jornada.

El proyecto, bien por el sur o por el norte, es una de las reivindicaciones históricas de la región.