Se acogerían directamente en los centros de menores del sistema de protección, aunque no se descarta abrir viviendas específicas si fuera necesario. Y en cuanto a la posibilidad de que fueran adoptados, «primero habría que determinar que no tienen familia de origen, puesto que una mayoría migran con intención de reunirse con allegados que ya están viviendo en Europa. Si estos no existen, entonces sí podrían ser adoptados en la comunidad como como cualquier menor que se encuentra en situación de desamparo».

No obstante, la edad ronda entre los 16 y los 18 años, una franja muy compleja para encontrar un hogar tanto de adopción como de acogida.

Son los pormenores que explican desde la Consejería de Sanidad y Políticas Sociales después de que ayer el consejero José María Vergeles reiterara el ofrecimiento de la Junta de Extremadura para acoger a «entre 18 y 20» menores extranjeros no acompañados (el término se conoce MENA). En este sentido, Vergeles reclamó que se establezca «un protocolo serio» entre el Gobierno y las comunidades autónomas que determine cómo debe hacerse ese proceso de acogida.

MÁS MEDIDAS / Como medida complementaria, el Estado anunció ayer que va a destinar 40 millones de euros a las regiones que, voluntariamente, decidan acoger de forma solidaria a estos menores extranjeros no acompañados procedentes de otras comunidades y también a aquellas que hayan registrado un aumento en sus territorios durante este año (como ha sido el caso de Andalucía).

Para ello, el Ejecutivo de Pedro Sánchez quiere aprobar, en el plazo de seis semanas, un real decreto para la mejora y la atención solidaria.