Aulas con la mitad de los alumnos, toma de temperatura, distancia y equipos de protección en cada cambio de pañal. Son algunas de las medidas que incluye el protocolo de seguridad que ha elaborado la Consejería de Sanidad y Servicios Sociales para evitar la propagación del coronavirus en las guarderías y los centros infantiles privados de la región. El documento, que aún está en fase de borrador, se ha presentado ya a la Asociación de Centros de Educación Infantil y Guarderías de Extremadura (Aceigex), que insiste en que es imposible cumplir las medidas de distanciamiento, protección e higiene con niños tan pequeños.

«A esa edad los niños necesitan contacto, abrazos, se tocan, comparten los juguetes, lo chupan todo», recuerda el presidente del colectivo, Juan Ruiz Subirán. Aceigex aglutina a un total de 113 centros infantiles privados de la región, de los que solo 15 están abiertos en la actualidad pese a que la demanda de las familias es muy alta y crece a medida que Extremadura avanza en la desescalada. Las guarderías privadas son un pilar básico para la conciliación en Extremadura y en algunas ciudades suponen ya el 50% de las plazas para niños de cero a tres años.

Aunque pueden abrir sus puertas desde el inicio de la fase 2 del plan de desescalada, la gran mayoría de estos centros ha optado por no hacerlo a la espera, al menos, de contar con un protocolo de seguridad para minimizar el riesgo de contagio y no exponerse a un nuevo cierre. Según explica Juan Ruiz, el borrador que les ha hecho llegar la Consejería de Sanidad se ha concebido como una guía de recomendaciones, pero las medidas que incluye son «inviables». La primera de ellas, la reducción del número de alumnos: Sanidad plantea reservar cuatro metros cuadrados del aula por niño frente a los dos actuales, lo que en la práctica supone rebajar el alumnado a la mitad. Y con un 50% de los niños y todos los cuidadores, señala, ningún centro de educación infantil es viable. El porcentaje tendría que llegar al 70% u 80% de los alumnos.

La toma de temperatura al acceder al centro, el uso de guantes, mascarillas, gafas y pantallas de protección en cada cambio de pañal o separar a los bebés menores de un año en parecelas a las que el resto de niños no puedan acceder son otras medidas que se plantean. Frente a todo ello y al hilo de las propuestas que ya se han hecho en otras comunidades como Canarias, Aceigex aboga por establecer grupos y turnos fijos, siempre con los mismos niños y el mismo cuidador, que no tendrían contacto con el resto de los alumnos y el personal del centro. Así, explica, se podría limitar el contacto y también el uso de protecciones. No acceder a las instalaciones con calzado de calle (en este nivel educativo los niños aún se desplazan mucho por el suelo) o establecer turnos de entrada y salida con un máximo de seis horas de cuidados son otras medidas que se han planteado en otras regiones.

«Pedimos que se sienten con nosotros para elabOrar un protocolo que sea viable y si no se puede, que nos lo digan y esperamos hasta septiembre como ellos», señala Ruiz. En este sentido, el presidente de Aceigex vuelve a criticar la decisión de la Consejería de Educación de mantener cerrados los centros públicos y pide que también reabran «para que todos podamos ayudar a las familias a conciliar en los momentos difíciles». Desde el colectivo consideran «poco ético» que consejería deje en manos de cada escuela infantil privada la decisión de abrir o no, máxime sin dar antes unas directrices claras. «Los centros infantiles públicos los pagamos todos los extremeños y no entendemos que no se abran en una situación de extrema necesidad de conciliación para muchas familias si no existe ningún impedimento legal ni sanitario», indica Juan Ruiz. Señala que es ahora cuando las familias más necesitan reincorporarse al trabajo y no exponer a los abuelos.

«Si ellos, que son la Administración Pública no pueden, centros privados pequeños con menos medios y personal tampoco. A nosotros nos cuesta dinero tener nuestros centros cerrados, pero no abriremos por responsabilidad y por la salud de nuestras familias si no es seguro. Y esa es la sensación que transmiten desde la Consejería de Educación al no abrir sus centros» concluye.